Quizá sea todo mentira. Puede ser que todo sea producto de mi imaginación, de mi cerebro, de mi mente consciente e inconsciente, puede que el solipsismo sea verdad, o puede que no, pero da igual, de todas formas no hay quien me entienda.
Lo que no sabemos
Algo se acerca, aunque aún está lejano. Es el futuro, y marcará con casi total seguridad mi destino, y probablemente el de otros.
Luz y oscuridad, un puto mal día precede uno bueno
Hoy tengo un mal día, pero supongo que es algo normal, debe haber malos días para que otros nos resulten estupendos.
La Gener@ción del XXI
Una curiosa iniciativa de un compañero escritor se ha desatado en la Red. No sabemos dónde nos llevará, pero por el momento es algo de lo que yo particularmente me siento orgulloso. El artífice de esta idea, proyecto, es Sergio G.Ros, un autor novel aunque muy conocido en los círculos literarios virtuales y cada vez mas en los convencionales.
Un buen día Sergio G.Ros decidió formar una Generación de escritores...
La esencia y el deseo
¿Cual es la esencia de la Literatura? Supongo que es una pregunta muy difícil de resolver, y no hay una respuesta absoluta. Sin embargo si puedo dar mi respuesta. La esencia de la literatura es activar las conciencias.
Tanto en mis relatos como en mis novelas, siempre trato de representar la condición humana y sus circunstancias. Trato de plasmar como su entorno, su situación social, su status, influye en sus decisiones, y marca en cierta medida cada uno de sus pasos. Lógicamente no siempre lo hago bien...
relatos imperdibles - El último peldaño de la escalera - Stephen King
De mano del que muchos consideran el maestro del terror, os dejo este relato, lo he catalogado como imperdible, a ver si opináis lo mismo.
Un abrazo.
EL ÚLTIMO PELDAÑO DE LA ESCALERA
Ayer recibí la carta de Katrina, cuando aún no hacía una semana que mi padre y yo habíamos regresado de Los Angeles. Estaba dirigida a Wilmington, Delaware, y me había mudado dos veces después de vivir allí. Ahora la gente se muda mucho, y observé con curiosidad cómo las direcciones tachadas y los rótulos de cambio de do¬micilio podían asumir un aire acusador. Su carta estaba arrugada y manchada, con una esquina gastada por el manoseo. Leí su contenido y un momento después me encontré en la sala, con el teléfono en la mano, a punto de llamar a papá. Dejé el auricular con un sentimiento parecido al horror. Era anciano y había tenido dos infar¬tos. ¿Estaba justificado que le telefoneara y le hablara de la carta de Katrina cuando acabábamos de volver de Los Ángeles? Eso podría haberlo matado.
De modo que no lo llamé. Y no tenía a quién contár¬selo... Una carta como ésa era demasiado personal, tanto que sólo podría haber hablado de ella con mi esposa o con un amigo muy íntimo. En los últimos años no he en¬tablado grandes amistades, y mi esposa Helen y yo nos divorciamos en 1971. Ahora sólo nos intercambiamos tarjetas de Navidad. ¿Cómo estás? ¿Cómo marcha el tra¬bajo? Te deseo un feliz Año Nuevo.
Había pasado toda la noche en vela, con la carta de Katrina. Podría haber escrito lo mismo en una postal. Debajo del «Querido Larry» había una sola frase. Pero una frase puede decirlo todo. Puede hacerlo todo.
Recordé la imagen de mi padre en el avión, el aspecto avejentado y demacrado de su rostro bajo la implacable luz del sol, a 6.000 metros de altura, mientras volábamos hacia el Oeste desde Nueva York. Según el piloto acabá¬bamos de sobrevolar Omaha, y papá dijo: «Está mucho más lejos de lo que parece, Larry.» Su voz destilaba una pena que me hizo sentir incómodo, porque no la entendía. La entendí mejor después de recibir la carta de Katrina.
relatos imperdibles - El brazo marchito - T. Hardy
Hay relatos que perduran a través del tiempo. Son esos escritos que se convierten en atemporales, que los lees y dices: "Esto es literatura".
Hoy les invito a que lean uno de esos relatos, el autor T. Hardy, un poeta y novelista inglés.
Por la extensión del relato, he preferido poner el enlace y no incluirlo en mi blog, espero que os guste.
El brazo marchito
Por otra parte, si queréis más información del autor, os dejo su enlace en la Wikipedia:
T. Hardy
Un abrazo.
Sobre la escritura de una novela
Llevo siete días sin ir al gimnasio, tantos como llevo escribiendo mi nueva novela.
El proceso creativo de escribir una novela no es algo baladí, ni que se pueda hacer en los ratos libres, es un proceso absorbente cien por cien.
En mi caso, las novelas no se empiezan a escribir cuando me siento frente a mi Macbook, hay un proceso que se produce antes, durante y en algunos casos después. Me explico:
La historia se cuece antes de escribirla. Un pequeño detalle, una noticia en la televisión o en los diarios, un pensamiento, algo que me conmueve, estas cosas crean en mi el principio de la historia, luego esa idea puede germinar o no. Muchas veces me ha pasado de tener la historia, darle vueltas unas horas, o un par de días y no llegar a nada, no ser lo suficientemente fuerte como para atraparme y escribirla. No sé muy bien cual es el elemento diferenciador entre una idea que no germina y otra que sí y se convierte en novela, por eso soy de la opinión que las historias te eligen, no las eliges tú a ellas.
Una vez la idea se ha instalado en mi cabeza, no se mueve, durante días, semanas, meses, va creándose dentro de mi cabeza, como un embarazo, durante días no hago otra cosa que pensar en la historia, se va elaborando desde dentro, pero no me siento a escribir, no por pereza, sino porque no es el momento todavía.
Igualmente no sé cuando es el momento exacto para sentarme a escribir, supongo que será cuando la historia ya tenga cierta trama, algunos personajes, el caso es que de un día para otro me atenazan las ganas de narrar lo que tengo en mente, entonces me siento y escribo.
El Abuelo de Alemania
Hay que hacer algo más. Me refiero para que alguien llore el día de tu funeral. El Martes murió mi abuelo.
El abuelo de Alemania, así le llamábamos. Como tantos otros españoles, mi abuelo se fue a trabajar a Alemania, solo que en este caso no fue para mantener a su familia, sino que fue una huida hacía delante, se separó de su mujer, abandonó a su familia y se marchó a tierras germanas.
El miércoles fue su entierro. Fue un acto de compromiso, no hubo lagrimas, no hubo sentimiento, más bien era un tramite que teníamos que hacer. Unas treinta personas acudimos cariacontecidos al mencionado sepelio. Hubo tanta frialdad que me resultó muy complicado creer que estaba en un funeral, y menos en el de mi abuelo.
Fiel a mi manía de tratar de encontrar un porqué a todo cuanto sucede en mi vida, intenté averiguar el motivo por el cual no me causo tristeza la muerte de mi abuelo. Quise saber porque no lloré el día de su entierro. No he tratado mucho con él, no le conozco, nunca me contó un cuento en sus rodillas, sí, quizá pudiera ser eso, sin embargo esto no era del todo cierto.
Pasó veintinueve años trabajando en Alemania, allí trabajó de tornero, y se labró una fama y un nombre, llegó a ser un reconocido tornero, en Alemania conoció a la que hasta su muerte fue su compañera: Victoria, la mujer compartió treinta y cinco años junto a mi abuelo.
2010, ¡A por él!
Se acaba otro año, y con él se va otra oportunidad pérdida. Este año tampoco he sido publicado, aunque tampoco es que lo haya buscado con ahínco.
En lo personal ha sido un año fantástico, uno de los mejores de mi vida, tengo la estabilidad necesaria para no ser un infeliz, estoy felizmente casado, tal y como había deseado desde que tengo uso de razón.
En lo profesional las cosas no podrían haber ido mejor, el ascenso que tuve en abril fue algo inesperado, necesario, y sobre todo merecido.
En lo literario la cosa tampoco ha ido mal, una novela: SegundAvenida, que empecé a finales de 2008 y la terminé en agosto de este año. Es una primera versión, falta todavía pulirla a conciencia, quizá en 2010, si mi nuevo proyecto me deja.
Os adelanto en exclusiva (que para eso es mi Blog, jejeje) la sinopsis de SegundAvenida:
"Jesús dice ser el Mesías, el hijo de dios, tiene un objetivo: acabar con el mal para siempre.
Jesús conocerá a Sara, una prostituta que al principio duda de él, pero que no tarda en apoyarlo en su particular cruzada.
Las cosas se complican cuando Enrique Cascos, un vagabundo, acusa a Jesús de haber cometido un asesinato. Desde ese momento el Comisario Rojas y el Inspector Suárez no le perderán de vista.
Lo que en principio es una investigación de un presunto asesino, se convierte en una batalla entre el bien y el mal, dónde cada una de estas personas tiene un papel fundamental e incluso divino en este actual y urbano Nuevo Testamento.
SegundAvenida es una alegoría del bien y del mal, un amalgama ético dónde lo correcto se confunde con lo perverso."
Tengo que darme una ducha y arreglarme para esta noche, mi mujer me está dando un día de lobos, no sé que la ocurrirá, así que no quiero hacerla cabrear más.
¡FELIZ AÑO 2010 PARA TODOS!
Besos y abrazos.
Sergio Becerril
Que bonito es - Capitulo 2
Hace frío en Madrid, que no es que no lo tenga que hacer, pero ha llegado de repente, sin avisar.
El frío ha llegado a Madrid como uno de esos emails hijos de puta que nunca esperas, que los encuentras en tu bandeja de entrada una inesperada mañana, lo abres y resulta que lees algo parecido a esto:
"Lamentamos comunicarle que su obra no se adapta a la temática de nuestra editorial..."
"Por saturación en nuestra editorial debemos decirle muy a nuestro pesar que no podemos atender más manuscritos..."
"Una vez trasladada su obra a nuestra departamento de lectura, por desgracia para usted la obra no tiene la calidad necesaria..."
Y no sigo porque comienzos de estos tengo un montón.
Hoy quiero escribir sobre otra forma de comernos las ilusiones y sacarnos la plata a los pobres escritores.
Señoras y Señores con todos vosotros los "Pseudo Agentes Literarios".
Tener un Agente Literario en España es una moda relativamente nueva. En EEUU y en América Latina es algo común desde hace años. En esos países si no tienes agente no publicas, o algo parecido.
En España heredamos ciertas novedades con el paso del tiempo, con lo que ya no son novedades, aunque nos creamos que hayamos descubierto la penicilina.
No tengo nada en contra de los Agentes Literarios, el caso es que son como editoriales, es tan difícil que un Agente te represente como que una editorial publique tu libro, así de sencillo, o de complicado mejor dicho.
Mención aparte son los Pseudo Agentes Literarios, por llamar de alguna manera a estos cabrones hijos de puta, alimañas chupopteras que su único fin es sacar dinero a costa de la literatura y de los pobres escritores.
¿Dónde está la trampa?
En hacer creer al escritor que es un Agente Literario, cuando en realidad son estafadores. Cobrarán por leer tu trabajo, y luego dirán si te representan o no. De seguro que tu obra nunca tendrá la calidad necesaria para que él/ella la represente.
La verdad:
Su Modus-Operandi es muy sencillo, ellos para representarte exigen que les envíes tu trabajo previo pago. Una vez que han cobrado, y tu les has remitido tus escritos, es posible que ni siquiera los lean, ellos ya han cobrado por su trabajo, que no es otro que el de estafar, después te dirán que tu obra no tiene la calidad necesaria, pero eso ya es lo de menos.
Es muy fácil detectar a esta gentuza que se dedica a llamarse Agente Literario, pues lo primero que harán será pedir plata, luego pedirán material para evaluar, y posteriormente te darán la patada.
Un Agente Literario serio nunca cobra por adelantado. Valorará tu obra y decidirá si te representa o no, si lo hace, entonces ya te sacará el porcentaje, pero nunca antes.
Abrazos.
Que bonito es - Capitulo 1
Con esta entrada pretendo empezar una serie de denuncias sobre los engaños que he detectado a través de nueve años escribiendo e intentando publicar.
Tendemos a industrializarlo todo. En parte eso no es malo, pero cuando la industralización se vuelve perversa, hay que pararse a pensar.
La literatura es para muchos una forma de vida, para otros simplemente un negocio, y para otros una forma de sacar dinero a toda costa, a estos últimos les dedico esta serie de entradas.
Jugar con las ilusiones de la gente es cuanto menos un acto indecente, pero si además de jugar con las ilusiones de la gente, intentas estafarlos, esto ya es para darles un par de hostias.
Existen pseudo-editoriales que crean concursos literarios, los autores envían sus escritos, generalmente suelen ser concursos de relatos. Pasados un par de meses se falla el concurso, y de buenas a primeras recibes un mensaje diciéndote que ¡eres finalista! o ¡eres ganador! y que se pondrán en contacto contigo en breve. Joder, eso para un autor novel es como un orgasmo, bueno que digo como un orgasmo, es como si te tocara la lotería. Emocionado comunicas a todos tus familiares y amigos que has quedado finalista o ganador de este concurso. A los pocos días recibes un email diciendo que vale, que has sido finalista y ganador, por eso la editorial va a publicar todos los relatos finalistas, y te dicen que si quieres una copia del libro pues que pagues.
¿Dónde está la trampa?
En hacer creer al lector que ha sido finalista del concurso, emocionado por que su obra ha sido elegida entre un millón, debe tener menos reticencia a pagar por la publicación del libro no solo con su relato, sino con todos los relatos de los que han decidido estafar.
La verdad:
No hay un proceso de selección previo, se marca un determinado numero de relatos, y por orden de llegada conforman el libro, después sólo hay que enviar emails para embaucar a los pobres autores noveles.
Abrazos.
Busco lectores
Busco lectores. He terminado otra novela, y busco lectores que me den su opinión sobre la misma. No hace falta que sean lectores profesionales, sólo deben ser lectores asiduos, aunque sea de Best Sellers. Lo que pido es que lean mi novela y me den su opinión de la misma. A cambio, me anotaré sus nombres y cuando sea un famoso escritor tendrán mis libros gratis.
Interesados en recibir mi novela para darme su critica, opiniones, y sugerencias sobre la misma, enviar un mensaje al email:
sesio.becerril@gmail.com
Podría poner este anuncio en Anuntis pero lo pongo aquí que para eso es mi Blog, y además supongo que después de más de dos años publicando tendré al menos un par de lectores que tengan Bodega de Recuerdos entre sus favoritos.
Así, quiero que los primeros que tengan la oportunidad de leer mi nueva novela seáis vosotros.
Estaré encantado de recibir vuestras criticas, halagos, etc.
Abrazos.
Mi nueva novela en Bubok
Y los traficantes de cocaína pasaban por la aduana
Sinopsis
Luis Ángel es un hombre que está a punto de casarse, pero los remordimientos y el recuerdo de su pasado con las drogas, no le permiten afrontar su nueva condición con felicidad.
La noche de su boda decide contarle a Elena, su reciente esposa, todo lo que le atormenta.
Ella irá descubriendo cosas de él que nunca hubiera imaginado, descubrirá que entrar en el mundo de la droga es sencillo, tan sencillo como es llorar por alguien a quien se ha perdido.
Ya podéis descargar de forma gratuita mi nueva novela en Bubok, pincha en el siguiente enlace:
http://www.bubok.com/libros/10488/Y-los-traficantes-de-Cocaina-pasaban-por-la-aduana
Os animo a que la descarguéis y me mostréis vuestras opiniones.
Un abrazo.
Alguien juega con nosotros
Últimamente me digo mucho: "alguien juega con nosotros", no sé quien, pero es así.
¿Os ha pasado alguna vez que algo es recurrente en vuestra vida?
Que como por arte de magia algo de lo que no sabías en mucho tiempo vuelve a ti, y no solo eso, sino que días más tarde de una manera u otra, vuelves a tener presente esa cosa, persona, película, canción, etc.
Me casé en septiembre del año pasado, y una de las cosas que tuvimos que hacer fue elegir la música que va a sonar, son varias canciones, porque hay que elegir una para cuando entra la novia en la iglesia, otras tantas para el trascurso de la misa, luego para la salida de la iglesia, ya en el banquete hay que elegir una para la entrada de los novios, la tarta, cuando se tira el ramo, en fin que hay que elegir varias canciones.
En nuestro caso si había una canción que era "nuestra canción", era "Volare" de los Gipsy Kings. La noche del 19 de diciembre de 2001, miércoles, los compañeros de la oficina quedamos para tomar algo después del trabajo, así que fuimos a cenar a un italiano, y después a tomar unas copas. Yo fui porque la mujer de mi vida y con la que comparto la misma, también iba, así que allí coincidimos. Después de cenar fuimos a tomar algo a un bar que se llama "El Sabroso" en la localidad madrileña de Tres Cantos, así que para allá nos fuimos.
Tonteamos toda la noche, y en un momento dado el resto de compañeros habían desaparecido (gracias compañeros por darme ese momento de intimidad) momento que yo aproveche para acercarme más a Silvia, el caso es que de pronto comenzó a sonar la canción de los Gipsy King, ella y yo comenzamos a bailar, a los pocos segundos yo la abracé, su pelo se confundió con el mío, y el olor de su perfume me dejó sólo con ella, sin nadie más en el bar. Comencé a oler su cuello, con una de mis manos lo descubría apartando su pelo rizado, con la punta de mi nariz acariciaba la suave piel de ella, después al ritmo de las agitadas notas de "Volare" lo besé con suavidad, después de pensar si sabía lo que estaba haciendo, dirigí mis labios a los suyos y nos besamos, la canción sonaba histriónica y nuestras lenguas bailaban con fervor. Cuando acabó la canción, empecé a escuchar de nuevo el alboroto de la gente, aunque de los compañeros ni rastro.
Con solo una canción especial para nosotros, tuvimos que buscar el resto. Escuchamos algunas canciones de toda la vida, de bandas sonoras, de varios artistas, y de no tener pasamos a tener demasiadas. Varias tuvieron que quedarse fuera, una de ellas fue "Somewhere over the Rainbow" de Israel Kamakawiwoi´ole, que a día de hoy puedo decir que sin sonar en el día más importante de nuestra vida, es la canción más importante para nosotros, la que nunca sonó se ha convertido en nuestra canción. Sin duda fue la canción que más nos costó quitar de la lista.
Sin embargo como dije al principio, alguien juega con nosotros.
Cuando estábamos de luna de miel, en Polinesia, en la isla de Taha´a, teníamos la radio puesta, sonaban canciones rarísimas, canciones que al menos yo nunca había escuchado, música de melodías sencillas, ritmos tribales en ocasiones, algunas con letras en inglés y otras simplemente instrumentales. Silvia estaba disfrutando de un baño en aquella bañera gigante, mientras los rayos del sol fusionados con el azul del océano estaban de invitados en nuestro bungaló, yo tomaba el sol en una hamaca del solárium, y de pronto sonó la canción, Israel (no me hagáis escribir de nuevo el apellido) y su Somewhere over the rainbow, me quedé estupefacto, de los millones de canciones que podrían haber sonado en aquella radio polinesia, sonó esta, fue un momento mágico, maravilloso, yo solo pude decir: "alguien juega con nosotros, y que bien se lo pasa el cabrón"
Lo que todavía no hemos perdido
Debemos dejar de mirar al futuro, de mirar el mañana, debemos dejar de hacer planes, debemos ver el presente, sentir a los que nos rodean, pues a buen seguro algún día no estarán.
Vivimos con rápidez, como si nuestra vida no pudiera detenerse ni un segundo, en estos tiempos todo adquiere un ritmo frenetico, no hay lugar para la pausa, para los pequeños momentos, para lo sencillo.
Podemos echar la vista atras, y veremos que todo pasa, lo bueno y lo malo, es así, eso no podemos cambiarlo, pero si podemos concienciarnos para que, cuando está ocurriendo lo disfrutemos más.
Quizá por eso, por mirar tanto al futuro, no alcanzamos nunca la satisfacción, siempre con objetivos, siempre con ambiciones, sin pensar que la totalidad no es el fin, sino el camino recorrido.
A Lester Burnharm en American Beauty le costo 40 años en entenderlo, pero al final lo consiguió, les invito a ver el final de esta maravillosa pelicula.
Carpe Diem
Memento vivere
Dos cosas
Hay dos cosas que nunca podré saber a ciencia cierta, pero que estoy completamente convencido de que son así.
La primera de estas dos cosas es que siempre he pensado que si algún día un espiritu se presenta ante mi, o el demonio, o cualquier otra presencia no fisica ni humana, rezando un padre nuestro se marchará y me dejará en paz. A veces sueño que alguien me atormenta, presencias intangibles pero presentes, entonces yo con toda la fe que no tengo cuando estoy despierto comienzo a rezar un padre nuestro, el ente se siente intimidado, quiere llegar a mi pero no puede, poco a poco se aleja, yo sigo rezando con fe, porque sé que recitando la plegaria estoy a salvo.
Supongo que esto no podré comprobarlo nunca, quiero decir si funcionaria. Tampoco es que me apetezca mucho demostrar que funciona, pero no sé, tengo esa intriga de saber si será efectivo.
La segunda cosa es que pienso que las mujeres saben cuando las están mirando, tu puedes mirar a una mujer, y a los pocos segundos gira la cabeza y te mira, interpretando las miradas algunas dicen: "que miras gilipollas, que te estoy viendo", otras simplemente no dicen nada.
Pero de verdad, que cuando miras ellas miran, aunque estén de espaldas, es como si llevaran un sensor de miradas, que las avisa de cuando alguien se está fijando en ellas.
Esta segunda cosa tampoco la podré demostrar nunca, se lo he preguntado a muchas, incluida a mi mujer, y siempre me dicen que es una tonteria, pero ellas saben que no es así, que tienen esa habilidad, y saben que si lo dicen, serían objeto de investigaciones, estudios y quien sabe su exterminio, y es que ya todos sabemos cual es el sexo debil, aunque esto tampoco se pueda demostrar.
Los grifos del baño del trabajo
La verdad es que dan pena, pero ahí los tienes tan orgullosos de si mismos, con la cabeza bien alta y sacando pecho.
Me intriga que harán los días festivos, cuando no abre la oficina. Si, se que son seres inertes, que no se van a mover de su sitio, que van a seguir ahí, con la cabeza bien alta. Sin embargo alrededor de ellos si hay vida, y eso los convierte en cierta medida en objetos animados. Un festivo, un domingo, en Soledad, se me figuran tristes y con la cabeza gacha. Sin echar agua para lavar manos, solo se les escapa de vez en cuando, alguna gota de tristeza.
-- Desde Mi iPhone
Conversación a tres
-¿Nunca tienes la necesidad de volver a enamorarte?
-No. ¿Por qué me preguntas eso? Es que ya no te gusto.
-Claro que me gustas mujer. No se trata de eso.
-Entonces, ¿Qué quieres decir?
-Nada, déjalo.
-¿Y tu? Tienes la necesidad de volver a enamorarte
-No sé que decirte. Quizá sí, aunque fuera de la misma persona.
-No te entiendo.
-Quiero decir que lo que echo de menos, es la novedad, la incertidumbre de no saber si la persona que deseas te corresponderá, y por cuanto tiempo.
-Sí, ahora que lo dices, yo también echo de menos esa sensación.
-¿Por qué continuamos con esto?
-Nos queremos ¿no?
-Sí, supongo. Pero… si los dos deseamos volver a enamorarnos, y claro está que de nosotros mismos No podríamos, ¿Por qué continuamos con esto?
-Pues será por costumbre, aunque yo te quiero.
-Ya, yo también te quiero, pero no creo que pueda seguir siéndote fiel.
-Está bien que me lo digas, así no me sorprenderé cuando lo seas.
-- Desde Mi iPhone
Al rico helado
No escribo. Eso es lo único claro. A pesar de todo sigo vivo, sin escribir pero sintiendo.
Ayer salí a comprarme un helado. Cerca de casa hay una heladería, solo esta abierta de mayo a septiembre, el resto del ano permanece cerrada, es una extraña sensación, que explicare en otro momento, lo que siento cuando paso por el local cerrado los meses de invierno. Pero ahora estamos en verano, y mi heladería favorita esta abierta. Como siempre una larga fila de gente espera su turno, los que están cerca del mostrador, dudan nerviosos que sabor elegir: fresa, plátano, chocolate, melón...
Yo lo tengo claro, como siempre.
-Un helado de pistacho -digo cuando llega mi turno.
De vuelta a casa, pienso que hay un símil bastante evidente entre esta heladería y la vida. Los meses de verano, cuando esta abierta, son los momentos felices, sabemos que no duran eternamente, y lo único que evita vivir en constante insatisfacción, es esperar el próximo verano, y tener la certeza de que acabara llegando.
-- Desde Mi iPhone
A lo largo de una Novela
Cuesta, cuesta un huevo, pero la sensación es increible.
Me refiero a escribir, quien escriba lo sabrá de sobra, es la sensación más maravillosa del mundo. Sobre todo cuando estás inmerso en una novela, y llega ese momento en que los personajes cobran vida, cuesta un huevo llegar hasta ahí, pero cuando llegas es como mejor que un orgasmo.
Te acuestas con la historia en la cabeza, te duermes pensando el designio de los personajes, te levantas con otra idea, y mezclas las dos, a lo largo del día se te ocurre otra cosa, y estás deseando llegar a casa para plasmar lo que parece tu idea definitiva, sin embargo cuando te sientas delante del ordenador, ¡se te ha olvidado esa gran idea! que pena, pero tienes otra que se te ha ocurrido de inmediato, y te pones a ello, y justo cuando esa idea tiene que ser escrita, el rumbo cambia, tu ya no escribes, sólo trascribes, los personajes han cobrado vida, y ese que iba a hacer tal cosa hace otra, y ese que tenía las horas contadas, se convierte en un secundario de lujo, poco a poco todo va cobrando vida, y tú ya no mandas sobre los personajes, ni siquiera sobre la historia.
Eso es increible, claro luego alguien lo lee y dice que todo es basura, que no merece la pena ser publicado, pero la sensación de rebeldia de los personajes en determinados momentos de la novela es algo mágico, mágico y maravilloso.
Genio = Desequilibrado
¿Que hay de cierto?
Me gustaría saber que hay de cierto en que los grandes artistas son autodestructivos. Conozco a varios escritores que cada día intentan tirar su vida por el retrete, tienen como modo de vida el ejemplo de Buckoksky, Hemingway, o tantos otros que basaron su vida en la autodestrucción.
No hace muchos años yo hacía lo mismo, creía que cuanto peor fuera mi vida, más interesante sería mi Literatura, a día de hoy no sé si estaba equivocado o no.
En mi estado actual en el que apenas hay miserias en mi vida, creo que lo que escribo carece de sentimiento, sin embargo como me considero una persona racional, no me quedo con la primera hipotesis, y el hecho de que mi Literatura carezca de sentimiento, no se debe a yo no lleve una mala vida, puede ser simplemente que soy un escritor mediocre.
¿Puede una persona equilibrada escribir buena literatura? Cuando digo buena Literatura no hablo de obras "pico" por así llamarlas, me refiero a los grandes clasicos de la Literatura, esos que perduran en el tiempo, no hablo de códigos, cerillas, vampiros adolescentes, e incluso After Darkes, hablo de Madame Bovary, El gran Gatsby, El viejo y el Mar, Lolita, Ulises, etc.
Probablemente sí, una persona equilibrada puede hacer gran literatura, pero no tengo la respuesta cien por cien segura.
Hay una generación de escritores americanos que se denomina la Generación Perdida, estos tipos, que fueron tremendos literariamente hablando, sí que llevaban mala vida, e incluso pasaron muchas penurias para vivir. Ellos son fundamentalmente los culpables de asociar "desequilibrio" a gran escritor.
Para ser escritor sólo hay que escribir, y para ser un grandisimo escritor hay que escribir genialidades, reconozco que hay que estar un poco más "payá" que "paca" pero tampoco hay que emborracharse todos los días, irse de putas, o mucho menos quitarse la vida, sobre todo si uno no ha sido publicado, pues eso sería realmente una gilipollez, espera a por lo menos publicar y luego te quitas la vida.
LLUVIA - Relato 28
LLUVIA
No creía haber aparcado tan lejos. Anoche volviendo a mi casa y pensando en ella no se me había hecho el camino tan largo.
Una vez dentro intento arrancar el motor, los cristales están empañados, y las marcas del trapo con el que el día anterior intentamos limpiar vaho y lagrimas, siguen presentes, marcas que me indican que aunque hoy es otro día, algo ha pasado, que no fue un sueño, y que nuestras sinceridades se quedaron plasmadas en algo mas que nuestras conciencias.
Me cuesta arrancar el coche, segundo intento y nada, la noche ha sido muy fría y el motor apenas da señales de vida.
Me quedo quieto sujetando con firmeza y con ambas manos el volante, y la veo a ella llorando en el asiento del copiloto, lamentando que un día me conoció, pues ahora cambiaria todo eso por seguir esperando a alguien mejor. Y yo la digo lo que pienso, que es poco y además sin sentido, estoy como bloqueado, apenas puedo defenderme de sus acusaciones, que, entre otras cosas son ciertas.
Y después silencio, y mi pensamiento confuso pide disculpas, y exijo de mi cerebro una respuesta lógica que expliquen mis aptitudes, mis palabras, mis actos, pero no encuentro consuelo y llueve, llueve fuera y dentro de mi, no entiendo muchas cosas, pero si que a mi lado la mujer que amo esta llorando sin consuelo, y los cristales empañados, y la lluvia que tamborilea el coche en medio de una oscura calle.
La Carta - Pensamiento 11
Como los escritores noveles no tenemos muchas ayudas, os trascribo el literal de una carta que la Agencia "Guillermo Shavelzon & Asociados" te dará a ti también si decides enviarles tu manuscrito.
Para que os ahorréis la tarea de enviar el manuscrito, ser rechazados, y recibir el PDF, aquí lo muestro en su integridad.
Ayudar, ayudar, lo que se dice ayudar, no sé si lo hará, pero bueno, aquí la dejo.
Un abrazo.
A los escritores y escritoras que buscan agente literario o editor:
En nuestra agencia –una agencia literaria pequeña— recibimos cada día seis o siete solicitudes
de representación. Nuestro trabajo es representar escritores, por lo que recibir esta cantidad de
propuestas es lo mejor que nos puede suceder. Pero como se podrá comprender, no tenemos
ninguna posibilidad de leer cinco o seis manuscritos por día, además de cumplir con todo el
trabajo cotidiano para los escritores que representamos. Algo similar, pero magnificado, sucede
en las editoriales: es tal la cantidad de propuestas y manuscritos que reciben, que no pueden ni
siquiera considerarlos.
Muchos escritores no saben cómo contactar a un agente o a un editor de una manera
conveniente. Por ello, nos permitimos enviarle algunas consideraciones y sugerencias sobre
cómo presentar propuestas a una agencia o a una editorial. Creemos que –con las
particularidades de cada escritor-, conocerlas es fundamental.
Enviamos esta carta con la intención de ofrecer la poca ayuda que nos es posible dar. La
experiencia es que el 95% de la gente nos agradece el envío, y un 5% nos responde con
irritación y molestia por nuestra posición. Esta carta, que es sólo una opinión entre muchas más,
y la enviamos con la mejor intención.
Cordialmente,
La Agencia
Hay escritores que están convencidos de haber sido rechazados, en más de una editorial, sin que su obra haya sido leída. Y es cierto. Las editoriales rechazan –muchas veces sin mirar— la gran mayoría de los materiales que reciben, y esto se debe a la enorme cantidad de manuscritos que les llegan cada día, sin que el autor se haya tomado el trabajo de preparar la información de una manera conveniente para que la puedan considerar.
Muchas de las desagradables experiencias de rechazo, son en buena parte consecuencia de no saber cómo presentar un proyecto o un manuscrito a una editorial. El encontrar un agente o un editor, que a veces resulta tan difícil, es algo que se puede resolver escribiendo. Nuestra propia experiencia de más de 35 años en el mundo del libro, nos muestra que las formas más efectivas para lograrlo, son todas por escrito.
Sabiendo cómo vender un proyecto o un manuscrito, las posibilidades de llegar a un contrato y ser publicado aumentan notablemente. Es importante saber utilizar los procedimientos habituales en el mundo internacional de la edición, para presentar una propuesta editorial.
Es habitual creer que sin una recomendación personal no se consigue nada. Y no suele ser así; es más, la “recomendación personal” es un recurso del que se abusa tanto, que los editores no lo toman muy en cuenta.
Los editores están siempre sobrecargados de trabajo. Cuando un escritor que quiere publicar consigue una entrevista personal con un editor gracias a una recomendación, se está produciendo a sí mismo un daño. Porque el editor lo recibirá por compromiso con quien lo recomendó, y el escritor desaprovechará esa oportunidad hablando de algo que el otro no conoce ni tiene interés en escuchar. Al final le dejará un manuscrito que –en la mayoría de los casos—, irá a parar a una pila de descarte. En el mejor de los casos, le será devuelto unas cuantas semanas después con una carta más o menos amable de rechazo.
2
Por qué resulta difícil publicar
No es complicado entender por qué es difícil y frustrante la búsqueda de una editorial cuando está mal hecha. Una editorial grande, del mundo hispano hablante, recibe más de mil nuevas propuestas de edición por año (seis por cada día de trabajo). Son enviadas espontáneamente por escritores a quienes nadie se las solicitó, por editoriales extranjeras, y por agentes literarios de todo el mundo. De esas 1.000, la editorial contratará 20 o 30, ya que el resto de los libros que publica son obras que los editores han encargado, que vienen por contrataciones internacionales de la casa matriz, o son nuevas obras de autores que ya publican en la casa.
Cuando la prestigiosa editorial norteamericana Doubleday decidió, hace varios años, no aceptar más manuscritos que no sean de los autores de la casa o que provengan de agentes literarios reconocidos, estaba recibiendo 10.000 manuscritos no solicitados al año: 45 por cada día de trabajo.
Recibir, leer, evaluar y eventualmente devolver cinco o seis propuestas diarias, requiere del trabajo de dos o tres editores de tiempo completo. Hoy ninguna editorial está en condiciones de asumir esta tarea.
Cuando alguien lo hace en los momentos libres, suele ser quien recién comienza, justamente la persona menos preparada para este tipo de evaluación.
“Los editores suelen estar sobrecargados de trabajo. Reciben durante todo el día numerosas
llamadas telefónicas de autores y agentes, de los departamentos de publicidad, marketing y
producción de su empresa; asisten a reuniones en las que toman decisiones sobre cubiertas,
nuevas adquisiciones, programas de producción; entrevistan, contratan y despiden ayudantes;
negocian con la dirección la adquisición de aquellos libros que desean publicar, presupuestos de
promoción para esos libros, y aumentos de salarios y ascensos para ellos mismos. El resultado de
todo esto es que buena parte de su trabajo de edición y, habitualmente, casi todo su trabajo de
lectura queda relegado a las noches y los fines de semana, que nunca son suficientes, sobre todo
si tenemos en cuenta la gran avalancha de manuscritos que continuamente se acumulan sobre
ellos. Tienen que dedicar la mayor parte del tiempo a proyectos ya contratados, a libros en los que su empresa ha invertido ya una suma considerable de esfuerzo y dinero, una inversión que tiene que ser alimentada y protegida por los editores, que se esfuerzan por ayudar al autor a conseguir que el libro sea presentado en condiciones óptimas. Todo eso deja al editor muy poco tiempo o fuerzas para dedicarlo a un autor nuevo, a menos que lo que ese autor le presente sea realmente maravilloso”
Albert Zuckerman, Cómo escribir un best seller.
Una propuesta por escrito, bien hecha, tiene muchas más posibilidades de lograr aceptación, y de llegar a un contrato de edición. “La Propuesta” o “La Propuesta Editorial” (“Editorial Proposal”, en la jerga internacional de la edición), es como se denomina lo que el escritor envía al posible agente o editor, para interesarlo por un manuscrito o un proyecto. La Propuesta consta de una serie de informaciones clave sobre el autor, la obra y el público al que va dirigida, que no tienen que ocupar demasiadas páginas, y cuya elaboración no es ningún desafío para quien fue capaz de escribir un libro entero.
La presentación
La presentación a una agencia literaria o a una editorial, consta de dos etapas:
1. La Carta de Presentación
2. La Propuesta Editorial
La Carta de Presentación es una primera comunicación escrita, de una página como máximo,
presentándose usted y su libro o proyecto de libro, en la que se pregunta al agente o al editor si tiene interés en recibir una Propuesta más amplia.
La Carta de Presentación ahorra muchísimo tiempo, frustraciones y dinero. Si un agente o una editorial no responde a la misma, usted se habrá ahorrado hacer una copia completa del manuscrito y los gastos de correos, ya que de enviarlo tampoco hubiera recibido atención.
La Carta de Presentación
El principal desafío es cómo llamar la atención de agentes o editores que están sobre-demandados, faltos de tiempo, y que reciben una gran cantidad de propuestas, además de la suya.
3
Si bien no hay una receta que garantice el éxito, la experiencia muestra qué conviene hacer y qué no.
Lory Perkins, una exitosa agente de Nueva York, hace algunas sugerencias muy concretas para escribir una Carta de Presentación:
· Nunca envíe una carta de presentación de más de una página. Doscientas cincuenta palabras
tienen que ser suficientes para presentarse a usted mismo y a su libro. Llevo vendidos más de
2.000 libros y nunca envié a un editor una carta de más de una página. Si me sale más extensa,
la reescribo.
· Busque provocar una clara y sencilla primera impresión. Escriba lo imprescindible.
· No envíe cartas manuscritas, que dificultan la lectura. Escriba con una tipografía legible, en
cuerpo 10 a 12, ni menor ni mayor, sin adornos ni colores, son todos gestos de aficionado que
no impresionan a ningún editor.
· No intente ser original o gracioso, a menos que esté ofreciendo un libro de humor, y esto sea
parte de su presentación. Usted está buscando una relación profesional, no un intercambio entre
amigos.
· No le diga al agente o al editor a quien ni siquiera conoce, cuánto lo respeta o lo admira. Los
elogios injustificados no ayudan con los profesionales serios.
· No olvide agregar sus datos completos: nombre, dirección, teléfono, e-mail y horarios para
recibir llamadas. Se sorprendería del número de escritores que olvidan incluir sus datos en las
cartas, y es imposible responderles.
La Carta de Presentación para una obra de ficción y una de no-ficción, no difieren demasiado. Por lo general, las de no-ficción deben ofrecer más información sobre el autor, ya que sus antecedentes suelen ser definitivos para lograr la contratación.
Cuando un agente o un autor presentan una novela a un editor, cuando el editor la presenta a sus
comités editoriales y cuando la editorial la presenta a los libreros, cuanto más sintética es la
presentación, mejor.
Peter Rubin, agente literario, dice que la mejor sinopsis de una novela es una larga frase, porque
muestra que ambos, -el autor y la novela-, están bien enfocados. Y agrega contundente: “si un
escritor es incapaz de describir su novela en una frase, probablemente a ese libro le falte bastante trabajo.”
En síntesis:
Nunca envíe manuscritos. Comience enviando una Carta de Presentación a quien le interese como agente
o editor. Tenga preparada La Propuesta para enviarla de inmediato, si se la solicitan. Si le responden que no interesa, o no le responden en una a dos semanas, siga enviando la Carta de Presentación a todos los agentes o editores que usted piense que se pueden interesar. Si prefiere enviar a varios agentes y/o editores al mismo tiempo, indique claramente en la carta que está haciendo un envío simultáneo a varios.
La Carta de Presentación debe contener:
1. Destinatario con nombre y apellido correcto.
2. Una breve presentación del autor (datos significativos como escritor, no su historia personal).
3. Un párrafo de descripción del tema o argumento.
4. Alguna mención del público al que el libro está dirigido (nunca ponga “para todo público”, porque eso no existe, y el editor creerá que usted no piensa en los lectores).
5. Alguna estimación sobre “el mercado”. (“Hay 5.000 estudiantes de cine en España”, o “la novela tal sobre un tema similar vendió treinta mil ejemplares en México”, etc.).
6. Información determinante para la promoción del libro (“tengo una cátedra de 1.500 alumnos”, o “escribo diariamente en varios diarios del interior”)
7. Su nombre, dirección, teléfono y e-mail. Si no tiene correo electrónico, es hora de tenerlo, saque uno gratuito. Un escritor que no usa esta tecnología será considerado como alguien extraño en una editorial.
La Propuesta Editorial consta de:
1. Autor y título del libro.
2. Una sinopsis argumental de la novela (2 a 3 páginas) o del libro que usted quiere escribir si es de no-ficción (muchas veces estos libros se escriben cuando ya hay un editor interesado). Este texto tiene que dar un panorama general de su obra.
3. El índice, en especial si se trata de un libro de no-ficción.
4. Una muestra de escritura: uno o dos capítulos, no más de 15 páginas en total.
5. Información relevante sobre usted y su obra anterior, si ya ha publicado. En este caso, conviene agregar un ejemplar.
6. Libros comparables. Muestre que conoce lo que ya se ha publicado y que tenga algo similar al
que usted propone, y explique por qué su libro es diferente. (1 página).
7. Información “de mercado” (1 página). Esto se refiere a quiénes serán los compradores de su
libro. Si se trata de un libro de no-ficción, en Internet se puede obtener muchísima información
(por ejemplo cuántos periodistas hay en el país, el número de miembros de cualquier
organización profesional, cuánta gente viaja por año a Brasil, etc.) Si se trata de una novela,
describa a qué tipo de lector se dirige, quiénes son, qué otros libros leen, etc.
8. Información útil para promoción (uno o dos párrafos); por ejemplo sus contactos en los medios
si los tiene, o el número de alumnos, o las organizaciones o grupos a que está vinculado, tanto
en el país como en el exterior.
9. Prensa: si usted ha tenido notas de prensa, críticas o entrevistas publicadas, agregue cuatro o
cinco, no más. Elija las más representativas. Una crítica moderada de un gran diario puede valer
mucho más que un elogio de un medio menor.
Bodega de Recuerdos en Bubok
¿Te ha gustado algún relato del Blog? ¿Te gustaría tener todos los relatos del Blog en formato papel?
Visita este link y compra el libro en Bubok:
http://www.bubok.com/libros/4504/Bodega-de-Recuerdos
Un abrazo.
Sobre los Agentes literarios - Pensamiento 10
Una pregunta ronda desde hace días por mi cabeza: ¿Por qué los Agentes Literarios no contestan mis correos?
La figura del Agente Literario es muy común en América no tanto en Europa, aunque de un tiempo a esta parte se está poniendo en práctica, tanto que ya parece casi imposible publicar en una gran editorial si no tienes un Agente que te mueva las obras.
Hace días (más de dos meses) me puse en contacto con muchos Agentes Literarios. La gran mayoría trabaja de la siguiente manera: Contactas con ellos (email o teléfono), después te piden una muestra de la novela en cuestión diciéndote que se pondrán en contacto contigo en unos días.
Envié una muestra de mi última novela a más de sesenta Agentes Literarios, no he obtenido respuesta de ninguno.
Pienso: ¿Tan mala es mi obra? ¿Tan poco comercial? Al margen de la respuesta a estas preguntas, lo que realmente me preocupa, y todo hay que decirlo me exaspera, es porque motivo no pueden contestar a ese email y decir: “Mira no nos interesa” o cualquier gilipollez.
¿Tanto trabajo tienen para no escribir una miserable línea denegando su patrocinio?
Es tremendo, indignante, rastrero, prepotente, y desagradable el método de trabajo que tiene esta gente. ¿Se creen Dioses? Dirán: No pierdo ni un segundo en ti.
Y es que cuando envías una muestra de tu obra, lo lógico es esperar una respuesta, pero los días pasan y el envío casi se convierte en un sueño, una anécdota, algo que, en realidad parece que no ha pasado si no fuera porque cuando miro mis mensajes enviados aparecen allí, como riéndose de mí. Esos mensajes se descojonan en mi cara, me escupen en el ojo, y me dicen:
“Tío no fue un sueño. Enviaste esos mensajes pero pasan de ti. Eres un mal escritor”
Y yo me cago en su puta madre.
Un abrazo.
Estrenamos nueva imagen y Logotipo en Bodega de Recuerdos
Hoy estrenamos nueva imagen y un nuevo Logotipo para el Blog.
Se trata de una marca que identificará de ahora en adelante este espacio y todos mis escritos.A ver si saco algo de tiempo y creo una web en condiciones, que sea más dinámica que un Blog, y podáis descargar mis escritos en vuestro ordenador, para enviarlos, imprimirlos, etc.
Pero eso será cuando tenga algo de tiempo.
Espero que os guste la nueva imagen de la Bodega.
Un abrazo.
Sobre los negros literarios - Pensamiento 9
Existen unas personas que se denominan “Negros literarios”. Son personas que se dedican a escribir, lo hacen por encargo. Esto está bien si los encargos que recibieran fueran las leyes del BOE o algo parecido. Al parecer esta gente se dedica a recibir encargos de novelas de ficción, sí, sí, así es. Se anuncian en el Segundamano y en los foros de escritores. Es decir, se te ocurre una idea, y tu vas a estos llamados “Negros literarios” y se la cuentas, ellos te dicen un precio y te escriben la novela. ¡Increíble!Es lo más triste que he escuchado en años. Si existieran, cosa que todavía yo no la tengo muy clara, sería algo patético. Estarían banalizando el arte.Escribir es un arte, como puede ser la pintura, la escultura, el cine, escribir no es poner cuatro párrafos con sentido, es algo más.Ni que decir tiene que los “Negros literarios” no figuran en la portada del libro. Solo escriben la novela y se la entregan a quien tuvo la idea, previo pago, claro.No sé, se me hace difícil creer en ellos. Cómo se puede mercantilizar tanto una actividad que a todas luces es un arte.
Alguien en el Super - PENSAMIENTO 8
El pensamiento rápido del día, el primero y el último, pues dentro de pocas horas empezaremos todos a beber y a disfrutar, y volveremos en sí el día 2 de enero del año que viene.
¿Os habéis parado a pensar que putadón es encontrarse con alguien conocido en un Hipermercado? Sí, el Carrefour, el Alcampo, Super Sol, alguna gran superficie de estas.
Es un marrón increíble, al principio te encuentras con él/ella, te paras a saludarle:
-¿Qué tal menganito?
-pues muy bien fulanito
-me alegro verte, ¿Qué haces por aquí?
-pues aquí a comprar algo, oye y tu mujer que tal
-pues bien, en casa, es que está con la gripe
-bueno, pues nada, a ver si nos vemos algún día –dice fulanito sin saber que se arrepentirá de esta frase minutos más tarde.
-venga hasta otro día –dice menganito, sin saber tampoco que se arrepentirá de esta frase también minutos más tarde.
Bien pues cada uno tira por su lado, y claro minutos más tarde en el pasillo de las conservas ¡TACHAN! Aparece menganito:
-venga hasta luego, hasta otro día –dice fulanito
-hasta luego amiguete –dice menganito
Han pasado algunos minutos, el carro está casi lleno o medio vacío, depende de otros factores que algún día analizaremos, vas a comprar unas cervezas y algún que otro refresco y ¡TACHAN! Vuelve a aparecer en nuestra vida menganito, caminando detrás de su carro con paso ceremonioso.
Aquí ya estás un poco confundido, ¿le saludo? ¿Le hago un gesto con la mano? ¿Me hago el loco y hago como si no le hubiera visto? Mientras que por nuestra cabeza rondan este tipo de preguntas, paralelamente, con el otro lado del cerebro (que sí que de verdad que podemos usarlo) estamos pensando una nueva frase que decirle: antes le he dicho “venga hasta luego, hasta otro día” ahora que le digo “venga que o no nos vemos nunca o nos vemos todos los días” vaya gilipollez, piensas para tus adentros, tampoco lo ves todos los días, en este caso es cada minuto, pero tampoco puedo decirle eso pues quedaría un poco ofensivo, en fin que al final de tanto pensar no has pensado nada y entonces cuando pasas por el lado de menganito le haces un gesto con la mano, le miras y le haces un gesto con la mano, no pasa nada, piensas, es una gran superficie, estamos los dos aquí y tenemos que cruzarnos, pero con el otro lado del cerebro estás pensando: “por favor porque no termina de hacer la compra, si lleva el carro lleno”
Y pasan los minutos, tu ya estás deseando irte porque sabes que en cualquier momento puede aparecer menganito y ya si que no sabría uno que hacer, esa psicosis va creciendo, y cada dos por tres giras con violencia la cabeza para ver si ves a menganito a tiempo y puedes esquivarlo de alguna manera, metiéndote en otro pasillo o yo que sé, el estado de tensión es muy grande ¡Porque no te apetece saludar más a menganito joder! No es tan complicado de entender.
-cariño quieres que cojamos estas croquetas o estas otras
-no sé, las que tú quieras –dice fulanito mientras observa nervioso los alrededores de los congelados.
-pero dime alguna marca, algunas que te gusten
-me da igual –la voz suena como si le estuvieran clavando alfileres en las uñas
No quieres contar a tu esposa que no quiere saludar a menganito y el cabreo que ya tienes es monumental, porque estás con la psicosis de no encontrarte con menganito y con la presión de tu mujer obligándote a decir que croquetas te gustan más.
Es imposible no puedes pensar mientras intentas escaparte de un saludo, que por otra parte es inevitable, pues al cabo de unos minutos menganito, su paso ceremonioso y su carro a rebosar, se cruza en el pasillo de la frutería.
Él, allí a lo lejos, en el comienzo del pasillo, yo al final, sé que me voy a cruzar con él, en ese momento me gustaría tener unas pistolas en las cartucheras y que él me desafiase para ser el más rápido y disparar, así sería la única situación de evitar el saludo. Pero eso no pasa, los dos caminamos y nos cruzamos. Ya ha llegado un punto que te sientes ridículo diciendo alguna frase graciosa o un hasta luego, entonces simplemente esbozas una gran sonrisa y haces un movimiento con la mano.
El tiempo en estas situaciones se detiene, como en la película de Matrix, lo que cinematográficamente se denomina “Tiempo bala”, no me preguntéis porque, he querido dármelas de entendido en cine, pero no tengo ni puta idea de porque a los movimientos lentos de la película de Matrix se le denomina “Tiempo bala”, como iba diciendo el tiempo se congela, no pasa, pero llega un momento que aunque al tiempo le pese, la compra ha finalizado.
En la cola de la caja pareces estar a salvo, ¡Pero no! Menganito está en la cola contigua a la tuya; aquí, ya es de locos, una autentica estupidez de la vida humana, ¡Pero quien coño ha puesto a menganito en este Súper! Eso lo piensas no lo dices porque menganito está muy cerca, en la fila de al lado, te demoras pero no te queda otra, de repente como por impulso haces una especie de gesto tímido, ya sin ningún tipo de sonrisa para saludar a menganito.
Solamente te libras de ese saludo cuando llegas a casa, porque no esperéis que se acabe cuando salgas del Súper, no, menganito irá donde tu vayas todo el puto día, a tomar una caña, a pasear al perro, a la bolera, a la tienda de deportes.
En fin que es un autentico coñazo encontrase con alguien conocido haciendo la compra, parece puesto ahí por el destino, al principio te da alegría encontrarte con él/ella, pero luego es como Bill Murray en el Día de la Marmota, una autentica pesadilla.
¡Feliz año nuevo 2009!
Sobre mi escritura de nuevo - Pensamiento 7
Soy escritor, nadie me va a discutir eso, aunque no haya publicado nada soy escritor, y punto.
Me intriga saber que piensan realmente mis seres queridos de mi actividad, ¿Entenderán porque paso más de cuatro horas diarias escribiendo?
Cada día me siento en el ordenador y empiezo a teclear, mi mujer me observa de vez en cuando, ella mira la tele o hace cosas por casa, y aguanta que la ignore durante el tiempo que dura mi estado de catarsis, porque así debe parecer que estoy, en una catarsis espacio-temporal, no hablo, no escucho, no hago ruido, bueno a decir verdad algo de ruido sí que hago, el repiqueteo de las teclas es constante. El día que mi mujer no oiga las teclas del ordenador sabrá que he muerto, pues el ruido de las teclas es como mi respiración, armónico, acompasado, a veces apasionado.
Ahora estoy escribiendo una novela, llevo 140 páginas, comencé a escribirla con mucha ilusión, pero a medida que voy llenando hojas con palabras y horas, voy perdiendo la fe, es raro, a medida que voy avanzando en la trama, más me deprimo, pues lo que al principio era un argumento estupendo, cada día pierde fuelle, y cada día pienso que estoy malgastando mi tiempo, sin embargo que otra cosa puedo hacer si no escribo.
Literariamente hablando soy mediocre, pero no me importa, escribo por el simple placer de escribir. ¡Claro que me gustaría publicar todo lo que escribo! Entiendo que eso sería un reconocimiento a las horas que paso practicando esta actividad, pero el sólo hecho de juntar palabras ya me crea una satisfacción que nada en este mundo me da.
Bueno que solo quería escribir algo que no fuera ficción, llevo tres horas escribiendo la vida de alguien que no conozco y me apetecía escribir sobre mí.
Un abrazo.
La Inexistencia del Hado - Novela - Capitulo 14 - CAPITULO FINAL -
LA INEXISTENCIA DEL HADO
CAPITULO 14
De madrugada Sandra despertó a Carlos.
-Carlos, tengo que decirte algo
-Dime
-Tienes razón – dijo Sandra.
-¿Qué quieres decir?
-“ Esperanzados “ no es una asociación de personas con enfermedades venéreas
Carlos se destapó y se sentó sobre la cama. Era la primera vez que veía a Sandra tan seria.
-En realidad es una empresa con muy malos fines. Al principio cuando entras no sabes nada,
luego depende de cómo te vean te incluyen en nomina o no. Un juego de asesinos.
-¿Qué estas queriéndome decir? – preguntó Carlos.
-Todos los socios pagan su cuota al mes, pero ese dinero es el botín, el premio – dijo Sandra.
-¿pero de que hablas? – el tono de Carlos era elevado.
-El juego consiste en contagiar el v.i.h, se hace un computo y quien mas “victimas” consiga gana,
es sencillo, son asesinos Carlos, asesinos que matan con el virus mas perfecto que existe –
Sandra comenzó a llorar.
Carlos se acercó a ella y la abrazó.
-ya vale, no llores Sandra, ¿desde cuando lo sabes?
-Desde hace mucho tiempo, lo descubrí e incluso yo participé – Sandra cogió su bolso, saco su
cartera y de ella su carné de la asociación -. Mira aquí, ves que pone “Rango: sentí”, Rango es la
categoría que tienes, como en el ejercito, “sentí” es la categoría mas baja, significa que no has
contagiado el v.i.h a nadie. Estuve un par de meses jugando, tuve la oportunidad de ascender de
rango en mas de una ocasión pero no pude. No soy una asesina – Sandra volvió a llorar.
-Bueno no te preocupes, tumbate en la cama conmigo
Los dos se tumbaron en la cama. Carlos estaba confundido y triste. No tenia rabia, tampoco ira contra nadie, pero se sentía mal, muy mal. Durmieron juntos esa noche.
Carlos iba a celebrar su cumpleaños. Vendrían Roy y Luis, también había invitado a Claudia pero esta dijo que no podía, “tengo que cenar con mis padres, es su aniversario” puso como excusa. Sandra también estaría.
Cenaron en casa de Carlos, Sandra preparó una cena y Carlos unos postres, todo estaba listo. Roy fue el primero en llegar. La velada fue amena, pero la tristeza se palpaba a cada segundo.
-joder macho, esto de cumplir años es jodido cuando llegas a cierta edad – dijo Luis.
-Yo firmaría por cumplir muchos mas, Luis – dijo Carlos, después salió de la cocina.
Todos hablaban durante la cena pero Carlos estaba ausente.
-¿Carlos te pasa algo? – le preguntó Roy.
Después de algunos segundos Carlos reaccionó.
-¿eh?, no, no, estoy bien – dijo sin mirarle.
Sandra contaba una anécdota graciosa, en ese instante Carlos se levantó de la mesa.
-chicos ahora vengo, se me olvidó comprar algo para el postre – dijo, después se fue de la casa dejando a todos sorprendidos.
La noche era calida, los pasos de Carlos eran rápidos. Sabia lo que tenía que hacer y lo haría enseguida. Caminó por algunas calles hasta llegar a la Comisaría de la Policía Nacional.
-quería poner una denuncia – dijo Carlos al funcionario de recepción.
-Al fondo a la izquierda – le indicó.
Carlos aquella noche no durmió en casa, estuvo toda la noche en comisaría. Llegó a casa por la mañana, se encontró con la mesa puesta, tal y como la dejó la noche anterior cuando se había ido. Pasó a la habitación, Sandra dormía. Se desnudó y se metió en la cama. Sandra se despertó pero no le dijo nada, se dio la vuelta e intentó dormirse de nuevo.
-lo siento – dijo Carlos.
-No sientas nada, duérmete – Sandra estaba furiosa.
-¿no quieres saber de donde vengo?
-No, tu no me lo dijiste cuando te marchaste, ¿Por qué iba a querer saberlo ahora?
-No sé – dijo Carlos.
-déjame Carlos, quiero dormir
A los dos días Carlos recibió una llamada, era la Policía.
-lo sentimos Don Carlos – dijo el agente con voz seria -. Ayer se hizo un registro de la dirección social de la asociación “ Esperanzados “ y no se han encontrado pruebas que nos hagan sospechar todo lo que usted nos dijo hace unos días
-no puede ser, ¿no pueden hacer nada? – preguntó Carlos.
-No, no tenemos pruebas, la carta que usted nos enseño no significa nada, la pudo escribir usted
mismo, no demuestra nada
-Esta bien, gracias por todo – Carlos colgó el teléfono.
Carlos apenas tenia ánimos de emprender ninguna investigación por su cuenta, le dolió no poder hacer nada contra la gente que le había contagiado el virus. Se moría por fuera y por dentro, sintió una enorme impotencia.
Cuando Sandra llegó a casa se encontró a Carlos tumbado en el sillón.
-hola – dijo Carlos.
-Hola, ¿Qué tal te encuentras? – Sandra se acercó a el y le dio un beso en la mejilla -. ¿Qué tienes
en el cuello? – pregunto Sandra
-No sé, lo he visto esta mañana, me escuece
déjame ver – dijo Sandra -. Es un salpullido, deberías ir al medico
-No, estoy harto – Carlos hizo una pausa -. ¿para que seguir viviendo Sandra?
Sandra le miro a los ojos, después le besó.
-Te quiero, ¿no te vale con eso? – dijo Sandra
-Ojalá lo que siento por ti pudiera aliviar mi dolor – Carlos empezó a llorar sin querer -. Me duele
el alma, la enfermedad no es lo peor, lo peor es sentir que no puedes hacer nada, nos creemos
los mejores, los amos del mundo y resulta que un simple virus te mata. Mi neumonía va en
aumento, apenas si puedo respirar
-Es lo de menos Carlos, ¡tienes que luchar!
-¡no puedo!, ¡no te das cuenta de que ya no soy nada! – Carlos lloraba con amargura, se abrazó a
Sandra.
-Te quiero, te quiero tanto – Sandra sollozaba junto a el.
Los dos se calmaron pasados unos minutos. Sandra le limpió las últimas lágrimas de la cara a Carlos.
-hoy me ha llamado la Policía – dijo Carlos.
-¿y que te han dicho?
-No pueden hacer nada contra la asociación, necesitan pruebas
-Hijos de puta – exclamó Sandra.
Los días pasaban rápidos. La neumonía hizo que Carlos se sintiera cada vez peor, también le detectaron Sarcoma de Kaposi, una de las llagas estaba corrompiéndole el pulmón. Solo habían pasado dos semanas desde su cumpleaños, pero ya no podía levantarse de la cama. Vomitaba constantemente y las diarreas eran continuas. Le ingresaron en el hospital una mañana de lunes. Su cuerpo era flácido, su cara demacrada y huesuda, había perdido treinta kilos, no tenia apenas fuerza para hablar.
El hospital se convirtió en la casa de Sandra, de Roy, de Claudia, por supuesto de sus padres, y hasta de Luis. Todos permanecían largas horas con el, a su lado. Los médicos ya les habían advertido que su situación era muy grave.
Era por la tarde, Sandra salió de la habitación para desayunar. Había pasado toda la noche hablando con Carlos. Bajó en el ascensor camino de la cafetería, una sensación de alegría recorrió todo su cuerpo, Carlos por primera vez en mucho tiempo le había dado síntomas de recuperación. Incluso le vio esperanzado.
"Cuando salga de aquí nos casaremos, y compraremos un perro, o un gato, ¿a ti que te gustan mas los perros o los gatos?" – había dicho Carlos a Sandra la noche anterior.
Desayunó tan rápido como pudo, no quería pasar ni un segundo separada de Carlos.
Cuando entró en la habitación la madre de Carlos sollozaba sobre su cuerpo. Una doctora trataba de consolarla. Sandra se abalanzó sobre Carlos, pero se dio cuenta de que se había marchado. Besó su mejilla.
-un perro Carlos, prefiero un perro – le dijo llorando al oído, después salió de la habitación.
En el hospital aquella mañana solo estaba Sandra y su madre.
A Sandra le costaba mucho olvidarse de Carlos, los últimos días había sido su vida. No fue al entierro, le quería demasiado como para sufrir de ese modo. Roy lloró como nunca lo había hecho en el funeral. Claudia vio el acto desde atrás, desde lejos, no quería ver a Roy. Fue rápido y doloroso, como cualquier muerte. Nadie podía creerse lo que había pasado, pero pasó.
Sandra se levantó temprano. Fue a la Policía. El mismo funcionario que días antes había hablado con Carlos la atendió.
-dígame señorita en que puedo ayudarla – el agente encendió un cigarrillo.
-¿Recuerda a un joven que hace apenas un mes estuvo aquí? – dijo Sandra.
-¿Qué joven? – el Policía estaba confuso, dio otra calada al cigarrillo, después lo apagó.
-Vino a denunciar a una asociación, que se dedicaba a contagiar el virus del sida
-¡ah!, si, si, menudo loco – dijo riendo -. Menuda película se montó, digna de una película de
hollywood
-murió hace dos días, de sida y murió de sida por que la asociación a la que pertenezco le contagió
el v.i.h – dijo Sandra con frialdad.
-¿Qué esta usted diciendo? – el policía se puso serio.
-Yo contagie el v.i.h a ese joven, puede mirar su ficha de defunción, murió hace dos días, yo le
contagie el virus, se lo he contagiado a veintisiete personas mas, y como yo, mas miembros de
mi asociación siembran la muerte cada día, ¿quiere mas pruebas?, acuéstese conmigo, estoy
caliente – Sandra se acercó al Policía y le empezó a besar.
-¡aléjese de mi!, ¡ayuda! – al momento entraron dos policías que redujeron a Sandra, después la esposaron.
El inspector jefe no tardó mucho en llegar. Lo primero que hizo fue ordenar una analítica de Sandra para comprobar que era seropositiva. Después todo cayó por su propio peso, en dos semanas todos los miembros de la asociación fueron detenidos.
Claudia no podía dormir, pensaba en todo lo que había sucedido. Se sentía sola, lo echaba de menos. No podía dejar de pensar en sus brazos, en sus besos. Inevitablemente y sin saber por que, él estaba en su pensamiento desde hacia días. Cogió el teléfono y marcó su número.
-dígame- contestó con voz dormida.
-¿Roy?, hola, ¿Qué tal? – dijo Claudia.
-¿Claudia?, bien, estoy bien, ¿y tú?
-Bien, solo quería decirte que te echaba de menos
Esas palabras espabilaron a Roy, se incorporó en la cama.
-yo también – dijo Roy.
-¿quieres que nos veamos mañana para tomar un café? – preguntó Claudia.
-¿mañana?, si, esta bien – Roy sonrió.
-Vale, pues a las seis en la boca de metro de Plaza España
-allí estaré, hasta mañana Claudia
-Hasta mañana Roy, un beso.
Después de colgar el teléfono Claudia no tardó mucho en dormirse. Y tuvo un sueño, un sueño encantador, un sueño solitario que solo pudo tener aquella noche.
La Inexistencia del Hado - Novela - Capitulo 13
LA INEXISTENCIA DEL HADO
CAPITULO 13
Hacía días que Carlos tenía una tos seca, tosía a todas horas. Por la noche, le costaba respirar más de lo normal. Sandra oyó como respiraba y le despertó.
-Carlos, despierta – dijo Sandra dándole golpecitos en la espalda.
-Dime – contestó dándose la vuelta.
-¿por qué no puedes respirar?
-No sé, ¿para eso me despiertas?, ¿tú que quieres, a que aspiras? – gritó Carlos, después se levantó y salió de la habitación.
Sandra no supo que hacer. Dejo pasar algún tiempo para ver si Carlos regresaba a la cama, pero no lo hizo. Ella fue a buscarle.
Estaba sentado en la cocina, se estaba comiendo un yogur.
-lo siento, siento haberte despertado – dijo Sandra desde la puerta.
-No te preocupes, yo siento haberte gritado
-¿por qué no vas mañana al medico? – dijo Sandra con cierta preocupación.
-No quiero ir al medico, todo va según lo previsto, voy una vez cada quince días, y mañana no me
toca ir al medico, todo esta bien – Carlos terminó de comerse el yogur, lo tiró a la basura -. ¿Te
parece que visito pocas veces al medico?, ¿quieres que vaya mas a menudo?, ¿te parece poco
que le vea una vez cada dos semanas?
-No te enfades cariño – Sandra se acercó a Carlos y le abrazó -. Me preocupo por ti, creo que esa
tos que tienes últimamente no es nada buena.
Carlos empezó a toser con fuerza, apartó con un pequeño empujón a Sandra, se echó las manos a la boca, tosía cada vez con más fuerza. Cuando terminó miro sus manos, estaban llenas de sangre.
-¡por dios Carlos!, ¡eso es sangre! – dijo Sandra, después salió de la cocina sollozando.
Carlos fue al baño, se lavó las manos y se enjuagó la boca, después se fue a la cama. Cuando llegó vio que Sandra estaba llorando contra la almohada. Carlos se sentó junto a ella y la acarició el pelo.
-mañana iré al medico, le comentare lo de la tos, no te preocupes amor – dijo Carlos.
Después se tumbaron en la cama, se abrazaron y durmieron.
Roy no pudo creer lo que estaba viendo y de repente se entristeció. Carlos caminaba hacia él, habían quedado para tomar café. Hacia algunos días que no se veían, le impactó su aspecto.
Se sentaron en una terraza, el verano estaba cerca, era una buena tarde de domingo.
-¿qué tal? – dijo Roy -. No te veo bien amigo, ¿cómo vas con la enfermedad?
-Solo voy – dijo Carlos, después tosió con fuerza.
-cuéntame, ¿qué síntomas tienes? – preguntó Roy.
-pues todos los que hay – Carlos esbozó una pequeña sonrisa -. Pero no estoy preocupado,
¿sabes?, el ser humano es extraño, se que me voy a morir, pero no estoy preocupado, me he
mentalizado de tal manera que incluso hay días en los que soy feliz, junto a Sandra, si no fuera
por ella – Carlos suspiró.
-¿y tus padres?, ¿lo saben ya? – el camarero vino, pidieron dos cafés.
-Sí, sí lo saben, creen que estoy bien, les veía a menudo, pero hace dos semanas que no se nada
de ellos, no quiero que me vean, estos últimos quince días mi aspecto ha empeorado mucho. Los
efectos secundarios de las pastillas y las deformaciones en el cuello, sin contar con las marcas en
la cara, estoy hecho una mierda
Roy no sabia que decir, no podía creer que estuviese hablando de ese tema con su mejor amigo. Se moría y eso le apenaba, era una situación surrealista. Dentro de algún tiempo la persona que tenia delante no estaría con el, se iría, para siempre. Se sentía fatal, intentó cambiar de conversación varias veces, pero inevitablemente el dialogo derivaba hacia el mismo tema.
hace dos días que me han detectado neumonía, por eso no respiro bien, ahora tengo que llevar pañuelos siempre, algunas veces toso y me sale sangre por la boca – Carlos terminó su café.
-No quiero seguir hablando de esto Carlos – dijo Roy con tristeza -. Dentro de poco será tu
cumpleaños, ¿lo celebraras, verdad?
-Si claro, por supuesto
Se despidieron como si fuera la última vez que se verían las caras. Se abrazaron durante algunos minutos.
Carlos llegó a casa, Sandra le esperaba, le besó nada mas entrar. Los dos se fueron excitando. Se empezaron a desnudar, de repente Carlos se desmayó.
-¡Carlos, Carlos, despierta! – gritó Sandra.
La ambulancia no tardó en llegar. Llevaron a Carlos al hospital, Sandra fue con el. Estuvo inconsciente todo el camino.
Los padres de Carlos no tardaron en llegar, cuando lo hicieron preguntaron por su hijo en recepción, la señorita les indicó donde tenían que dirigirse. Llegaron a una sala de espera, allí estaba Sandra.
-hola – dijo el hombre.
-¿Ustedes son los padres de Carlos? – dijo Sandra.
-Si – dijo la madre -. ¿usted le conoce?
-Si, soy su novia, me llamo Sandra – acto seguido Sandra pensó que no era necesario una
presentación en un momento como aquel.
-Encantada, yo soy Rosa – dijo la madre de Carlos.
-Yo soy Carmelo, soy el padre de Carlos, ¿dónde esta? – no terminó de hacer la pregunta cuando
el doctor se dirigió a los tres.
-Buenas noches a todos, están ustedes por el paciente Carlos Sánchez, ¿verdad?
-Si – dijo Carmelo, Rosa y Sandra asintieron con la cabeza.
-El estado de Carlos Sánchez es estable, solo ha sufrido un desmayo, una crisis de ansiedad, pero
su estado no es grave, esta noche permanecerá en observación, mañana con casi total seguridad
le daremos el alta medica, pueden pasar a verle
Rosa empezó a llorar. Sandra la abrazó y después Carmelo abrazo a su vez a las dos, los tres lloraron. Pasaron algunos minutos hasta que se tranquilizaron. Caminaron despacio, Carmelo abrazado a Rosa, y Sandra detrás de ellos. Entraron a la habitación.
Carlos estaba tumbado, con los ojos cerrados, cuando oyó entrar a alguien los abrió. Tenia una mascarilla que le daba oxigeno, también en uno de sus brazos tenia una cinta adhesiva con un algodón. Por lo demás su aspecto era bueno.
-¿cómo estas hijo? – preguntó Carmelo, Rosa y Sandra quedaron detrás de el.
-Bien, no sabia que hacer, y me dije: “voy a pasar una noche familiar en el hospital” – Carlos
sonrió, cogió la mano de su padre, con la otra mano se quitó la mascarilla y la besó.
Mama, ¿qué tal estas?, ya habéis conocido a Sandra, una mala ocasión, pero bueno
-Te dejamos descansar, estaremos fuera por si necesitas algo – dijo Carmelo.
-No de ninguna manera, iros a casa, yo ya estoy bien – dijo Carlos.
-Si, yo me quedaré con el, dormiré en esta silla, a su lado, podéis iros tranquilos, si sucede algo os
llamaré – dijo Sandra.
Los padres de Carlos insistieron en quedarse, pero al final Sandra los convenció y se marcharon. Sandra se quedó a dormir con el, aunque durmieron poco, hablaron mucho. Carlos empezó a pensar donde celebraría su cumpleaños, lo habló con Sandra, a esta le pareció una idea estupenda celebrarlo. Hablaron de cosas importantes y cosas sin importancia.
Por la mañana el doctor entró en la habitación despertándolos.
-Buenos días chicos
-Hola doctor – dijo Carlos, se había quitado la mascarilla.
-Tienes buen aspecto Carlos – dijo el doctor, mientras le tomaba el pulso -. Ya tenemos los
resultados de tu análisis, te vemos estable, pero no queremos dejarte marchar todavía, así que
te quedaras aquí por lo menos hoy, ¿vale? – el tono de voz del doctor era agradable.
-¿tengo algo malo? – preguntó Carlos.
-No, lo único que queremos observarte, nada mas, si tuvieras algo malo te lo diría, ya eres
mayorcito para jugar a esas cosas, solo es para observar, además te viene bien dormir con
oxigeno, ¿esta noche dormiste mejor a que si? – el doctor tomaba notas en un cuaderno al pie
de la cama de Carlos.
-Si, claro – respondió Carlos.
-Pues nada, puedes llamar a tus amigos para que vengan a visitarte – el doctor sonrió -. Vendré
a verte a media tarde, pórtate bien – el doctor le guiñó un ojo, después salió de la habitación.
pórtate bien, pórtate bien, este tío es gilipollas, ¿has visto que forma tiene de hablarme?, ni que
fuera un subnormal – dijo Carlos a Sandra, estaba cabreado.
-Tranquilo Carlos – Sandra sonrió y le besó -. ¿Quieres que vaya a comprarte algunas revistas?
-No, no quiero leer nada, pero, ¿me haces un favor?
-Si, claro, ¿cuál? – preguntó Sandra.
-Llama a Roy, dile que estoy en el hospital, a ver si puede venir a verme, y a Claudia, también,
dile lo que ha pasado, exagéralo un poquito, ¿vale?, dame mi cartera
Sandra fue a por el pantalón de Carlos, sacó su cartera y se la dio.
-toma estos son sus teléfonos, no te conocen, diles que eres mi novia
-esta bien, pero, ¿por qué? – Sandra estaba confusa.
-¿por qué?, ¿qué?, me apetece que vengan a verme, ¡joder!
Sandra llamó a los dos. Roy dijo que pediría el día libre e iría enseguida. Claudia dijo que cuando saliera de trabajar iba para allá.
A medio día Roy entró en la habitación, allí se encontró a Sandra sentada en una silla viendo la tele y a Carlos leyendo una revista.
-¿Qué pasa tío? – dijo Roy dándole un pequeño golpecito en la pierna.
-Pues nada, ya ves, aquí estamos – Carlos se incorporó en la cama.
-Hola – dijo mirando a Sandra.
-No os he presentado, Roy ella es Sandra se podría decir que es mi novia – dijo guiñándole un
ojo.
Roy dio dos besos a Sandra.
-¿Qué tal? – dijo ella, después volvió a sentarse en la silla.
-Bueno cuéntame, ¿Qué ha pasado? – dijo Roy sentándose a los pies de la cama.
-Nada, un simple desmayo, aquí lo exageran todo – Carlos se peinaba el pelo con las manos.
Roy sabia que no era un simple desmayo pero no quiso hablar del tema.
-¿Cuándo te dan el alta? – pregunto Roy.
-Mañana por la mañana lo mas seguro
-Ah, bueno, pues nada, ¿Qué lees? – dijo Roy.
-Una revista de coches, me la trajo Sandra esta mañana – Carlos miró a Sandra y le sonrió, ella le
devolvió la sonrisa.
La puerta de la habitación se abrió, era Claudia. Entró y al ver a Roy sintió un sudor frío. No le veía desde que aquella mañana de domingo se marchara de casa. Le extrañó verle tan guapo. Ahora que no estoy con el le veo atractivo, pensó. Algunos pensamientos más le vinieron a la cabeza.
-Hola – dijo Claudia.
-Hola, pero pasa, no te quedes ahí en la puerta – Carlos la hacia gestos con la mano.
-Hola – dijo Roy con timidez.
Roy al verla entrar sintió un pequeño mareo. Su cerebro tardó en procesar la imagen de la mujer que quería. Sintió amor, quería besarla, pasados unos segundos su orgullo se vino arriba y la odiaba. Intentó no mirarla.
-¿Qué te ha pasado Carlos? – Claudia estaba incomoda.
-Pues ya se lo comentaba a Roy – dijo Carlos haciendo una evidente pausa y señalándole, Claudia
no tuvo más remedio que mirarle -. Un simple desmayo, ¿tu que crees Roy? – le preguntó.
-Si, yo que se tío, no soy medico – Roy estaba perdido, no entendía el por que tenia que estar
Claudia allí.
Sandra que hasta ese momento estaba sentada en la silla, se levantó y se dirigió a Claudia.
-Hola yo soy Sandra, soy la novia de Carlos – dijo dándola dos besos.
-Hola, encantada – Claudia sonrió.
-¿y tu que tal estas Claudia?, hace mucho que no te veo – dijo Carlos.
-Si, es que he estado trabajando, y bueno no se – Claudia miró a Roy.
Roy se levantó de los pies de la cama. Miro a Claudia con timidez. La seguía queriendo, aquello era una tortura.
-Carlos ahora vengo voy a comprar un refresco, ¿quieres algo?
-Si
-¿Qué? – preguntó Roy.
-Que te quedes, no quiero que te vayas – dijo Carlos.
Hablaron de diversos temas, fue inevitable que Roy y Claudia intercambiaran algunas palabras. El odio de el se fue apaciguando, Carlos proponía temas y los cuatro los discutían, incluso rieron.
Era de noche cuando Roy y Claudia se fueron. Salieron juntos del hospital.
-bueno, pues nada, voy a ver si veo algo en la tele – dijo Roy.
Claudia se quedo callada. Le debía una disculpa, pero solo ella sabia cuanto le costaba dársela, pero aquel era el momento.
-Roy lo siento – dijo Claudia mirándole a los ojos.
-Él le respondió con la mirada, seguía esperanzado de que Claudia todavía le quisiera.
no tienes de que disculparte Claudia
-si, mira Roy en la vida hay veces que cometes errores, yo no se si dejarte fue un error, el tiempo
lo dirá, pero tu te portaste muy bien conmigo y yo te fallé, por eso quiero pedirte perdón. Se
que estas cosas pasan, que es normal, pero no se, quiero pedirte perdón – Claudia tenia un nudo
en la garganta, no quería llorar -. también tengo que decirte que no estoy con nadie, estoy sola,
y estoy bien así
Roy no se esperaba lo último. El pensaba que le pedía perdón para volver con el, de cualquier modo pensó que las palabras de Claudia eran sinceras.
-Claudia no te preocupes, acepto las disculpas que quieras darme – Roy cogió su mano -. Solo
quiero que sepas que yo te esperare por algún tiempo, ¿vale?, te quiero demasiado para
olvidarte tan pronto
Claudia no pudo contener sus lágrimas. Roy le acarició la mejilla quitándoselas, después se abrazaron.
-Cuídate – dijo Roy.
-Lo mismo digo, y si quieres algún día podemos quedar y nos tomamos algo, o hablamos
Se despidieron dándose dos besos. Claudia caminaba deprisa. Roy se volvió a mirarla un par de veces, pero ella no lo hizo. Pronto se alejó.
La Inexistencia del Hado - Novela - Capitulo 12
LA INEXISTENCIA DEL HADO
CAPITULO 12
Claudia había quedado con Ángela para tomar café. Los últimos días salía quince minutos antes de trabajar. Nadie se daba cuenta, los jefes estaban ocupados con otras cosas y como su relevo llegaba siempre pronto pues ella salía antes. Cuando Ángela llegó a la cafetería Claudia la esperaba. Estaba sentada en la barra, había guardado una silla para ella.
-Hola amor – dijo Ángela, se abrazaron.
-Hola, ¿qué tal?, ¿Qué tomas?
-Un descafeinado – dijo Ángela mirando al camarero.
-Y bien, ¿qué tal andas?, hace un montón que no nos vemos – dijo Ángela mientras sacaba el
tabaco de su bolso.
-Pues mira tía ahora estoy muy bien. Ya te conté que lo había dejado con Roy. Ahora salgo con
Alberto y es fantástico. Es como un Roy al cuadrado, ja ja ja – Claudia rió, pero su risa era falsa,
sin ganas.
-Uy uy uy, esa risa – Ángela encendió un cigarrillo. El camarero dejó el café cerca de ella. Echó
dos azucarillos y lo movió, después de dar un trago prosiguió-. ¿ocurre algo Claudia?
De repente Claudia comenzó a llorar sin querer. Sacó deprisa un pañuelo de su bolso y se seco las lágrimas. No quería que Ángela la viera así, quería aparentar felicidad, pero la realidad era distinta. Claudia no era feliz.
-no sé que me ocurre, solo que por una razón u otra no consigo ser feliz – dijo Claudia
limpiándose las ultimas lagrimas.
-No te entiendo, ¿qué quieres decir? – Ángela dio una calada al cigarrillo.
-Alberto me ha pedido que me vaya a vivir con él – Claudia guardó el pañuelo en su bolsillo -.
Otras veces me lo había pedido y yo siempre le había dicho que no, que nos diéramos algo de
tiempo. Anoche dormí en su casa, habíamos terminado de hacer el amor, se dio la vuelta y cogió
una caja de debajo de la cama, cuando me la entregó me volvió a pedir que viviéramos juntos. Al
abrir la cajita resultó ser esto – Claudia mostró su mano, una impresionante sortija lucia en su
dedo anular-. No supe que decirle, me quede sorprendida, le dije que lo pensaría y que hoy le
daría una respuesta.
-tía, ¡es genial!, ¿y que has pensado? – dijo Ángela.
-No lo he pensado todavía
-Bien y ¿cuál es el problema? – preguntó Ángela.
-El problema es que no quiero pensarlo, ni hoy, ni mañana, ni nunca, no quiero vivir con él, al
menos de momento – Claudia empezaba a llorar otra vez.
-Venga tía, no vuelvas a llorar, esta bien, venga, por favor Claudia – dijo Ángela mientras la
abrazaba.
-Habla con él, díselo, lo importante es que el no se sienta engañado – Ángela terminó su café y
apagó su cigarrillo.
-Sí, será lo mejor, no le quiero perder, estoy muy bien con el, el problema es que no quiero nada
serio. No ahora.
Claudia y Ángela se despidieron, quedaron en verse otro día.
Alberto abrió la puerta. Claudia le besó y entró. Se quitó el bolso del hombro, después se desprendió del abrigo.
-¿qué tal? – dijo Claudia con tristeza.
-Bien, hoy he tenido un día de perros. Todos los clientes querían tomar algo distinto a lo habitual,
parece que quisieran llevarme la contraria, para colmo se nos ha terminado el ultimo barril de
cerveza y a Juanjo mi compañero se le olvidó hacer el pedido, ¡imaginate! – dijo Alberto.
Mientras colocaba en el respaldo del sillón el abrigo que Claudia había dejado tirado en el suelo.
-Tengo que decirte algo – dijo Claudia con los ojos llorosos.
-Dime
-Es referente a lo que hablamos anoche – Claudia sacó el anillo que Alberto le había regalado la
noche anterior del bolsillo-. No quiero vivir contigo
Durante algunos segundos la situación fue tensa. Alberto no se esperaba esas palabras, tenía un nudo en la garganta. Tragó saliva y se sentó junto a Claudia.
-vale, no me importa – Alberto agarró la mano de Claudia -. Pero por favor el anillo es un regalo,
quédatelo- concluyó.
-No te lo tomes a mal Alberto, a mi me gusta estar contigo, pero es muy precipitado que vivamos
juntos – dijo Claudia mientras se ponía el anillo en uno de sus dedos.
Alberto no dijo nada, se levanto del sofá y se puso a fregar. Claudia se dio cuenta de que la situación era fría y se marchó.
Carlos llegó a casa de Roy, lo hizo deprisa, estuvo contando los minutos del día hasta que llego el momento de verle. Roy estaba desaliñado, sin peinar y con barba de tres días.
-¿y bien, que es eso tan importante que tienes que decirme? – dijo Roy-. Ven a la cocina y me lo
vas contando anda que tengo que tender la ropa
-¿recuerdas la noche que pase con una prostituta y se me rompió el condón?
-Sí, claro – dijo Roy mientras recogía de la cuerda la ropa seca
-Pues no recordaba como había sucedido todo hasta esta mañana. Te lo cuento como lo recuerdo,
y te aseguro que como lo recuerdo es tal y como fue – dijo Carlos.
-joder macho que intriga – Roy dejó lo que estaba haciendo – así no puede uno tender ni nada,
ven, vamos a otro sitio – dijo, después cogió un par de cervezas de la nevera y los dos se
dirigieron al salón.
-Venga, ¡dispara! – dijo Roy.
-Te cuento, ¿que dirás que fue lo primero que hizo la prostituta? – preguntó Carlos.
-Pues no sé tío, ¿comértela?
-No tiene ninguna gracia, joder Roy que esto es serio – Carlos se exaltó.
-Vale, vale, perdón – dijo Roy a la vez que ponía gesto de preocupación.
-Lo normal es que antes del acto te ponga el preservativo, ¿no?, pues ella no fue lo primero que
hizo, ella antes de ponerme el preservativo sacó un bote del bolso. Era como un tubo de pasta
de dientes chiquitito, después se puso un poco en la mano y lo extendió por mi pene, “para que
no me lastimes “, dijo, a continuación me puso el condón y luego vino todo lo demás – Carlos
estaba nervioso.
-¿qué insinúas Carlos? – preguntó Roy extrañado.
-Eso que me puso en el pene era una especie de vaselina, ¿para que cojones me pondría vaselina
si me puso el condón?. Yo estaba medio borracho, pero ella no, cualquiera sabe que los condones
se rompen con algunas vaselinas
-joder macho, te lo vuelvo a repetir, ¿qué insinúas? – dijo Roy con cierta preocupación.
-Lo que te quiero decir es que esa prostituta por la razón que fuese quería que el condón se
rompiera y lo hizo de una manera muy sutil, poniendo en mi pene una vaselina incompatible con
el espermicida del condón. Es cuestión de esperar durante el acto, el condón terminaría
rompiéndose
-Pues no sé, puedes tener razón, pero, ¿para que haría tal cosa?
-Por venganza o algo parecido – dijo Carlos.
-¿por venganza? – preguntó Roy.
-sí, me explico. Encontré una tarjeta en mi coche algunos días después, esa tarjeta era de una
asociación de seropositivos, como estaba muy afectado llamé y me hice socio. Allí son casi todos
seropositivos. A lo mejor la prostituta que me tire, tenía sida. Puede estar vengándose y
contagia a propósito a todos sus clientes
-joder macho, ¿cómo piensas eso? – Roy se quedó de piedra.
-Pues ya ves uno que tiene algo de imaginación, el resto, sentido común. Voy a ver si consigo algo
más, ¿por qué sabes una cosa? – Roy hizo un gesto con la cabeza -. Creo que la asociación a la
que pertenece y yo estoy metido, tiene algo que ver.
Carlos salió muy tarde de casa de Roy. Hablaron de temas muy diferentes, incluso de Claudia. Roy se empeñó en hacerlo y Carlos le escuchó. Cuando llegó a casa decidió que mañana tampoco iría a trabajar, estaba pensando no ir más. Se puso el pijama, se tumbó en la cama e intentó dormir.
Roy se quedó perplejo ante tanto misterio. Pensó que Carlos podía llevar razón, pero le pareció más un argumento para una película que la propia realidad. Con todo Roy ya se creía cualquier cosa, quien le iba a decir a el que su novia la que tanto amaba le dejaría plantado como lo hizo. Puso la tele pero no la vio mucho tiempo, se quedó dormido.
A la mañana siguiente Carlos falto al trabajo. A las once y media el teléfono le despertó. Su jefe llamaba para ver como estaba. Carlos le dijo que no se encontraba todavía muy bien.
-de todas formas mañana me paso y hablamos – concluyó Carlos.
Por la tarde Carlos fue a buscar a Sandra. Elvira abrió la puerta.
-Sandra no está, hace días que no la veo, esta tarde tenemos una reunión. Viene Karl Huy, un
hombre de Boston que es seropositivo desde hace 15 años y todavía no ha desarrollado sida, y
los más increíble ¡no esta tomando medicamento!, es un caso único en el mundo, ¿te quedaras
no? – dijo Elvira apoyada en la puerta.
-No, no creo que pueda y otra cosa Elvira, creo que voy a dejar la asociación, no tengo mucho
tiempo, ahora trabajo y no creo que pueda seguir – Carlos esbozó sin ganas una pequeña
sonrisa.
-Bien, de acuerdo, tendrás que firmar unos documentos y quedaras desvinculado de la
asociación, cuando tú me digas. Te echaremos de menos Carlos – Elvira acarició su hombro.
Al salir del portal, se cruzó con Sandra que iba para su casa. Tenía un aspecto lamentable, con ropa arrugada, un poco sucia y una cara demacrada.
-Sandra – dijo Carlos cuando pasó a su lado.
-déjame en paz, ridículo – contestó ella.
-Esta bien – Sandra siguió andando, Carlos la seguía mientras la hablaba -. Esta bien, lo siento,
de acuerdo, no sabes por lo que estoy pasando – Sandra seguía sin detenerse -. Por favor
Sandra, párate un momento
-¿qué quieres? – dijo Sandra sin parar de caminar.
Carlos andó todo lo deprisa que pudo, se puso delante de ella, la agarró por los hombros y la obligó a detenerse. Se quedaron frente a frente. Sandra no intentó nada.
-soy seropositivo – dijo Carlos.
Sandra no supo que decir. Se había pasado dos días con unos amigos en la sierra, con la misma ropa, todavía con la resaca de unos días salvajes y se encuentra con esta noticia. No tenia ánimos para nada, abrazó a Carlos. Ló abrazó con fuerza y comenzó a llorar.
-vamos a tu casa, llevo dos días sin dormir – dijo Sandra.
Llegaron a la casa. Sandra se desnudó. Carlos la dejó un pijama suyo. Se metieron los dos en la cama y se empezaron a besar, comenzaron a excitarse.
-para, para – dijo Carlos -. Primero duerme cariño, luego haremos el amor – dijo mientras acariciaba su pelo.
Sandra asintió con la cabeza, le besó, segundos después ya estaba dormida.
Carlos se levantó con cuidado de no despertarla y salió de la habitación.
Cuando Sandra despertó, Carlos la había preparado un sándwich de jamón y queso, se lo llevó a la cama.
-¿por qué no me dijiste que eras seropositivo? – preguntó Sandra mientras comía.
-No lo sabia, lo supe hace quince días
-¿cómo te contagiaste?
-No quiero hablar de eso – Carlos hizo una pausa -. Al menos no ahora, ¿te importa? – preguntó.
-No, no me importa, pero prométeme que me lo contaras algún día – dijo Sandra acabándose el
sándwich.
-Te lo prometo – dijo Carlos, después besó a Sandra.
-Vamos a hacer el amor Carlos – dijo ella acariciándole la espalda.
Claudia llevaba unos días preocupada. No sabia nada de Alberto, desde que le dijo que no irían a vivir juntos la relación se había roto. Le echaba de menos, estaba esperando que él la llamara para verse, pero los días pasaban y Alberto no llamaba. Cansada de la situación Claudia le llamó.
-hola – dijo Claudia.
-Hola Claudia, ¿qué tal? – la voz de Alberto sonaba cansada.
-Bien, llamaba para ver que hacías
-Pues nada, acabo de salir de trabajar y he alquilado una película, voy para mi casa, ¿y tú que
tal? – dijo Alberto.
-Bien, bien, bueno pues nada – pasaron algunos segundos hasta que Claudia volvió a hablar -. Lo
siento de veras Alberto, mi intención no era volver a hacerte daño, ¿lo sabes?, ¿verdad?
-lo siento Claudia pero tengo que dejarte, se me esta acabando la batería
-esta bien, lo siento – dijo Claudia.
-Hasta luego, tengo que colgar – Alberto colgó el teléfono.
Claudia comenzó a llorar, pensaba que era cruel. Se maldijo por su crueldad, por haber roto el corazón de Alberto dos veces. Se odiaba por ello, lloró durante horas. Pensaba en Alberto y como había vuelto a destrozar su vida, también pensaba en Roy, si, en Roy también pensaba, ¿por qué soy así?, se decía así misma, ¿es que disfruto haciendo daño a las personas?, se preguntaba.
Roy no podía dormir, se levantó y se preparó un vaso de leche caliente, después volvió a la cama. Pensó en Claudia, ¿qué estaría haciendo ahora?. La imaginaba haciendo el amor con Alberto, disfrutando de sus labios, de sus caricias. Esos pensamientos le hicieron sentirse realmente mal, después de algunas vueltas por la cama consiguió dormir.
Carlos se despertó temprano. Salió de la habitación, Sandra aun dormía. Fue a la Administración de Lotería. Cuando llegó su jefe le recibió con un abrazo.
-hola, ¿podemos hablar en privado? – preguntó Carlos.
-Sí claro – respondió Marcos, se acercó a la puerta, la cerro con llave y puso un cartel que ponía:
“vuelvo enseguida”.
Carlos y Marcos pasaron a un pequeño despacho en la trastienda de la administración.
-¿tú dirás?
-No me encuentro bien Marcos, los médicos me están haciendo pruebas, creen que tengo un
cáncer de pulmón – Carlos hizo una pausa, después continuó -. No puedo trabajar
-Vale y dime, ¿yo que pinto en todo esto? – preguntó Marcos.
-Quiero que me despidas. Yo no puedo irme, si lo hago no cobraré el paro, así que quiero que tu
me eches para poder cobrar otra vez la prestación
Marcos se tomó unos segundos para pensar, después miro a Carlos y le agarró por el hombro.
-no te preocupes, yo te despido – dijo Marcos y los dos se abrazaron.
Esa misma mañana Marcos preparó todos los papeles y llamó a Carlos al medio día para que firmara todo. Se despidieron con emoción.
Carlos aprovechó y fue a solicitar el desempleo. Cuando llegó a casa Sandra había preparado macarrones con chorizo. Carlos la besó, hicieron el amor, comieron juntos y después volvieron hacer el amor.
-Te quiero – dijo Sandra tumbada en su pecho.
-Yo también Sandra, yo también – dijo Carlos con tristeza.
Esa misma tarde Carlos fue al médico. Los resultados de su análisis para ver como estaba la enfermedad ya estaban. Sandra le acompañó, cuando llegaron ella le esperó fuera de la consulta. Carlos pasó.
-Buenas tardes Carlos – dijo el doctor -. Ya tengo los resultados de su prueba, la enfermedad
esta bastante avanzada. Vamos a empezar con una medicación fuerte, así que tengo que
advertirle de lo que le espera...
Carlos salió de la consulta y abrazó a Sandra.
-Vamonos
-¿qué te ha dicho? – preguntó Sandra.
-La enfermedad esta bastante avanzada, me ha mandado tres medicamentos
Sandra no dijo nada, en realidad no sabia que decir. Los dos caminaron en silencio hasta la casa de Carlos. Llegaron y se pusieron a ver la tele. Los dos callados, solo se abrazaban y se besaban, sin hablar, no había nada que decir.
Por la noche Carlos se despertó sobresaltado. El corazón le latía a mil por hora. Pasaron algunos minutos hasta que se tranquilizó. Sandra dormía. Carlos encendió la luz, Sandra se despertó.
-¿qué haces Carlos? – preguntó Sandra medio dormida.
-¿podemos hablar?
-¿ahora? – preguntó Sandra -. ¿qué hora es?
-y que importa la hora – dijo Carlos con firmeza.
Sandra se incorporó en la cama, se restregó los ojos, intentó abrirlos y suspiró.
-vale, ¿de que quieres hablar? – Sandra estaba casi espabilada.
-¿qué me dirías si te dijera que la asociación la cual tu madre es presidenta, es una organización
que se dedica a contagiar el sida al resto del mundo?
Sandra se quedó sorprendida, no supo que decir. Pasaron algunos segundos en silencio.
-te diría que estas loco, ¿cómo puedes pensar algo así? – dijo por fin Sandra.
-Tengo pruebas
-Por favor Carlos, no me importa que me despiertes en plena noche, tampoco me importa hablar
contigo, pero esto me parece absurdo, ridículo completamente, no seas paranóico – Sandra se
tumbó, besó la mejilla de Carlos -. Durmamos cariño.