Búsqueda personalizada

La Guardia - Relato 5

LA GUARDIA

Hacía algunos años que había dejado de creer en los sueños. Mi vida se había convertido en algo vulgar, un guión repetido día tras día. Pensaba que el ser humano no es especial, que uno no puede conseguir cosas en la vida por si solo. Pero ese pensamiento cambió cuando mi entrenador me llamó aquella tarde a su despacho.
-te he conseguido un combate en New York, es un combate contra un púgil americano. Un niño de papa que quieren lanzar al estrellato, no es gran cosa como boxeador, pero desde que salió en un programa de televisión, se ha vuelto un personaje muy mediático, su agente quiere convertirle en un campeón, en este primer combate quieren enfrentarlo a alguien que no le complique mucho la vida.
Yo no podía creer lo que estaba escuchando, mi entrenador, sentado en su desgastada silla de cuero me estaba diciendo que viajaríamos a New York para disputar un combate de verdad.
-¿y si le complico la vida?
-seamos sinceros, tú tampoco eres gran cosa Wilfredo, tomate esto como un premio a tus diez años de entrenamiento.
Llevaba diez años practicando boxeo, solo había un gimnasio en toda la Republica Dominicana y estaba a diez kilómetros de mi casa, yo caminaba todos los días para entrenar.
- Ya sé que no soy gran cosa, pero sabes que pongo mucho empeño en lo que hago. ¿será televisado?
-entiendo que aceptas ¿no? Nos pagan el viaje y la noche de hotel después del combate. Salimos mañana por la mañana.
Aquella noche no pude dormir. Es cierto que yo no era gran cosa boxeando, ni siquiera había desarrollado una gran musculatura, pero mis movimientos eran rápidos, y los últimos cinco años había trabajado muy fuerte, era el campeón del gimnasio, de ahí que Carlos el entrenador y dueño del gimnasio me eligiera a mí para combatir con el americano.
Necesitaba un poco de ánimo, así que fui a la habitación de mi hermano para contarle lo que me había pasado.
-no entiendo Wilfredo, como es que te llevan a Nueva York para pelear, ¿de verdad? Es algo magnifico, supongo que habrá representantes de todo el mundo para verte. Ya te dije que el boxeo te iba a venir bien, fíjate, a Nueva York.
-no mi hermanito, a quien van a ver es al americano, y ya sabes lo que pienso sobre las cosas que se logran en la vida. No dependemos de nosotros, todo depende de la suerte, o de la mala suerte, si otro en mi lugar hubiera tenido los tres pesos para practicar boxeo durante estos últimos diez años, ese hubiera ido a Nueva York, no se trata de que yo lo haya hecho bien, tampoco cuenta el esfuerzo.
-venga no sigas con ese pensamiento tan negativo. Yo creo en la singularidad del ser humano. Cada ser humano es único, y tú eres un gran campeón.

En el avión, el entrenador sentado a mi lado se estaba quedando dormido.
-¿Cuánto tardaremos?
-un par de horas
-es la primera vez que viajo en avión, ¿esto no se caerá no?
-si, seguramente se caiga, pero no te preocupes, caeremos al mar y podremos nadar hasta Manhattan
-gracias por todo Carlos
Pero Carlos ya debía dormir porque no dijo nada.
Dos horas después aterrizamos en el aeropuerto de La Guardia. Una limusina nos estaba esperando para llevarnos al hotel.
-en el hotel firmaremos los contratos. Ganarás algo de dinero, pero poca cosa
-no me importa el dinero, seguiré siendo pobre con o sin el

En la rueda de prensa previa al combate conocí a mi rival. Un tipo alto y rubio, aunque con menos músculo de lo que pensaba. Me presentaron como el campeón de la Republica Dominicana, algo completamente falso, pero nadie lo supo, no me hicieron ni una sola pregunta.
Conocer a mi rival me ayudo a conseguir confianza, durante todo el día estuve intentando verme como ganador, y cuando mi entrenador terminaba de atarme los guantes casi me veía victorioso.
-tu aguanta, aguántale, lo que no queremos es que te deje KO, tu aguanta, a lo mejor hay algún representante que ve algo en ti.

En el tercer asalto el americano me dejó KO. El contrato establecía que tenia que llegar por lo menos al quinto asalto de los doce para compartir las ganancias, así que volvimos a Santo Domingo como vinimos y yo con la cara destrozada.
Sentado en el avión lloraba con amargura, sabía que nunca más vería el aeropuerto de La Guardia, nunca más respiraría el aire cosmopolita de Nueva York.
Me despedí observando el medio rascacielos que mis cerrados ojos me permitían ver a lo lejos.

Al poco tiempo un primo mío que se fue a España a trabajar me dijo que en la empresa en la que trabajaba necesitaban un obrero, mi primo me acogería en su casa hasta que pudiera establecerme por mi cuenta.
-el trabajo es tuyo primo, he hablado con el patrón y me dice que te vengas para acá
-¿Cómo lo hago? No tengo dinero para pagarme el pasaje
-yo pido un préstamo y luego tu poco a poco me lo pagas cada mes

Así lo hicimos, mi primo me envío el dinero para comprar el billete dos semanas más tarde.
Este avión es mucho más grande que el que me llevó a La Guardia, en algo hemos prosperado, pensé.
Después de ocho horas llegué a Barajas, mi primo me esperaba.

El trabajo en la construcción no duró mucho, pero si lo suficiente para conseguir los papeles y poder establecerme en Madrid. Mi primo me dijo que podía solicitar una ayuda como desempleado.
Fui a solicitar la ayuda, después de esperar más de dos horas, llegué a la ventanilla donde un tipo con corbata me atendió.
-¿Cuál es su profesión?
-soy boxeador
-por favor señor, me refiero a que sabe hacer usted, esto es la oficina de empleo
-boxear, solo sé boxear, yo pelee en Nueva York ¿sabe?
-entiendo, aparte de boxear, sabe hacer algo más
-si, estos dos últimos meses trabajé en la construcción

El tipo escribió un par de minutos en el ordenador y me dijo que ya estaba todo, que me podía marchar.
Somos figuritas que se mueven sin consentimiento. Nos movemos sin querer, y aunque queramos realizar nuestros sueños, no depende de uno mismo llegar a cumplirlos. Yo nunca podría ganar a aquel americano, quien sabe si fui elegido por eso mismo, porque nunca podría ganarle. De cualquier manera nunca lo sabré, como tampoco sabremos donde acabaremos, cual será nuestro próximo éxito o fracaso. Dejémonos llevar por la vida, que tan azarosamente nos trata.

© Sergio Becerril 2007

No hay comentarios:

 
Safe Creative #0911060075467
directorio de weblogs. bitadir
Vueling Ocio y Diversion Top Blogs Spain Creative Commons License
Bodega de Recuerdos by Sergio Becerril is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 España License.
Based on a work at bodegaderecuerdos.com. Blog search directory - Bloggernity Blog search directory - Bloghub Add to Technorati Favorites The Luxury Blog